L’Alquerieta estalla por la inseguridad del barrio y exige más vigilancia policial

La asociación vecinal reclama que «las mismas garantías de seguridad, paz y tranquilidad» que disfrutan el resto de alzireños

La delincuencia y el vandalismo dificultan la convivencia en las calles

El vecindario espera desde hace una década que el consistorio adopte medidas efectivas

La Policia Nacional vigila el barrio de l'Alquerieta tras un tiroteo entre familias.

La Policia Nacional vigila el barrio de l'Alquerieta tras un tiroteo entre familias. / Vicent M. Pastor

A. C.

La Associació de Veïns de l’Alquerieta ha solicitado a la regidora de Seguridad Ciudadana y Participación Ciudadana, Gemma Alós, que dé las órdenes pertinentes para garantizar que los vecinos del barrio dispongan de «las mismas garantías de seguridad, paz, tranquilidad que el resto de ciudadanos de Alzira». El vandalismo y la delincuencia se lo ponen muy difícil a los habitantes de esa zona urbana, que sigue degradaba y bajo la influencia de traficantes de droga y familias que otorgan muy poco valor al respeto y la convivencia. Por ello, también reclama que aumente la presencia de agentes de la Policía Local para que vigilen a pie la zona «las 24 horas del día» y se den cuenta «de cada nueva casa que ocupan los violentos y de cada nueva plantación de droga».

Solicitan un debate plenario

La entidad vecinal considera imprescindible que las ordenanzas municipales «se apliquen también en l’Alquerieta» y solicitan que el consistorio debata esta problemática en la próxima sesión plenaria para «resolver la falta de convivencia y seguridad» que sufre la barriada. También ve insuficientes las medidas implantadas hasta ahora, pese a que la primera mesa de estudio entre representantes del barrio y del ayuntamiento se convocó hace diez años. Entonces se consensuó un plan de actuaciones que no ha cubierto, la mayoría de veces por inacción, las expectativas generadas en el barrio

En 2014 se constituyó la Taula Comunitària de l’Alquerieta con el objetivo de «enriquecer la actividad institucional con la participación vecinal» y dotar al barrio de herramientas y recursos para mejorarlo. El ayuntamiento y las organizaciones sociales convocaron al vecindario a una asamblea el 29 de septiembre de 2016 y 48 vecinos se incorporaron a los grupos de trabajo. Se elaboró un diagnóstico y, un año más tarde, se presentaron las propuestas de actuación en un documento elaborado por el personal técnico de Servicios Sociales, la fundación CEPAIM y el proyecto Riu. Nunca se entregó una copia a la asociación de vecinos ni les consta que se celebraran reuniones entre los responsables políticos y los jefes de los departamentos municipales implicados.

Vista aérea de l'Alquerieta

Vista aérea de l'Alquerieta / Vicent M. Pastor

Medidas sociales y policiales

Las medidas que proponen los vecinos del l’Alquerieta son tanto sociales como policiales con ánimo de resolver tanto la vulnerabilidad de muchas familias como la carencia de seguridad y la prevención de delitos, «que urgen implementarse con actuaciones de la policía local, responsable de hacer cumplir las ordenanzas municipales», subraya la asociación vecinal. El plan se elaboró hace siete años, aunque los residentes no han apreciado mejoras significativas. «La situación, lejos de mejorar, se ha agravado con sucesivos cambios de residencia de vecinos que, hartos de ser amenazados, abandonaban el barrio, dejándolo cada vez más en manos de los violentos que campan libremente por la zona», lamentan.

Sin respuestas

Hace poco, un agente de la Policía Nacional tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de múltiples traumatismos causados por la agresión sufrida en la última redada antidroga. La asociación vecinal ha reclamado en sucesivos Consejos de Participación Ciudadana que el gobierno local adopte iniciativas para resolver la problemática del barrio y asegura «no haber recibido ninguna respuesta». Durante la campaña electoral, se reunieron con varios candidatos, entre ellos el actual alcalde, que se comprometió a buscar soluciones y a concertar reuniones mensuales junto a regidores y técnicos de Participación Ciudadana, Seguridad, Urbanismo y Servicios Sociales, pero esas soluciones «no llegan».

L’Alquerieta siempre ha sido un barrio modesto. Está habitado mayoritariamente por familias humildes y trabajadoras que han invertido sus ahorros para disponer de una casa que les permita vivir con dignidad. Sus habitantes se han mostrado muy solidarios a la hora de acoger forasteros en busca de trabajo. Otros recién llegados de cultura nómada, educados durante generaciones en la subsistencia, eran refractarios a escolarizar a sus hijos y no adquirieron los valores de respeto en los que se sustenta la convivencia. La integración está lejos de lograrse y la delincuencia ayuda bien poco.

Un poni suelto por una de las calles del barrio

Un poni suelto por una de las calles del barrio / Levante EMV