PP y Vox derogan la normativa que impedía presidir procesiones en Algemesí

Més Compromís y EU consideran «arcaica y regresiva» la anulación del acuerdo de 2015

El gobierno municipal se siente avalados por las urnas del pasado 28 de mayo

El PSPV se abstiene al considerar que esa materia no debería reglarse

Los concejales del PP, con el actual alcalde incluido, en la polémica procesión de 2015.

Los concejales del PP, con el actual alcalde incluido, en la polémica procesión de 2015. / Levante-EMV

Los políticos del Ayuntamiento de Algemesí podrán volver a presidir todas las procesiones religiosas que deseen tras revocar el PP y Vox en el pleno celebrado ayer la normativa que lo impedía. Las formaciones de centro-derecha que gestionan ahora el consistorio aprovecharon su mayoría para derogar la ordenanza ocho años después de su instauración. El PSPV se abstuvo, a pesar de que en su momento aprobó la medida junto a Més Algemesí y Esquerra Unida.

La iniciativa, aprobada por la mayoría de izquierdas que gobernaba el consistorio en el año 2015, limitaba la representación institucional a las procesiones de los patronos oficiales, San Onofre y la Mare de Déu de la Salut. Los desfiles que se organizan en septiembre forman parte de una fiesta declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

Més Algemesí fue quien lanzó la propuesta al consistorio y obtuvo el respaldo de Esquerra Unida y del PSPV, que por entonces gobernaban la población. El objetivo era reflejar a nivel local la separación entre Iglesia y el Estado, haciendo hincapié en la aconfesionalidad que recoge la Constitución Española. Sin embargo, no limitaba que cualquier edil participase en las manifestaciones religiosas a título personal

Ese mismo año, la normativa ya generó polémica: varios representantes del grupo municipal del Partido Popular presidieron una procesión durante las fiestas del barrio del Carrascalet mientras la alcaldesa, Marta Trenzano, esperaba la conclusión del acto bajo un árbol. Més Algemesí calificó de «golpe de estado» protocolario la actitud del PP de ocupar el espacio reservado a las autoridades, pese a que el ayuntamiento había decidido que la institución no estaría representada en la procesión.

PP y Vox defienden que la asistencia de los representantes municipales "forma parte de la cultura y las tradiciones locales", mientras que tanto Més Compromís como EU consideran regresivo que se reimplante esa costumbre. La exalcaldesa socialista socialista Marta Trenzano mantuvo durante el debate un tono más moderado. Sostuvo que la asistencia a las procesiones «no debería estar reglada» y propuso que cada cual decidiera libremente.

El PP deploró los mensajes combativos de la izquierda al hablar de «discursos de odio y arcaismos» y el alcalde, José Javier Sanchis, argumentó que la derogación estaba avalada por las urnas y defendió la necesidad de dar respuesta a las invitaciones de las fiestas de barrio. Y acabó con una pregunta: «¿Dar libertad es caminar hacia atrás y prohibir no?».