Las mujeres mayores de 45 años apenas encuentran salidas laborales en la Ribera

Representan el 34 % de las personas en paro y concentran una octava parte de los contratos dados de alta en la comarca en el primer semestre del año

UGT reclama políticas de empleo que beneficien a los sectores más vulnerables

Un grupo mayoritario de mujeres entre las personas que esperan a las puertas de la oficina de Labora en Alzira.

Un grupo mayoritario de mujeres entre las personas que esperan a las puertas de la oficina de Labora en Alzira. / PERALES IBORRA

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El mercado laboral de la Ribera es discriminatorio. Dos datos bastan para confirmarlo. Por un lado, el 34 % de las personas que se encontraban sin empleo al finalizar el mes de junio eran mujeres de más de 45 años. Por otro, este sector representó durante el primer semestre del año una octava parte de las altas que registró la Seguridad Social en la comarca. Las cifras muestran una clara realidad: una mujer que haya superado dicha edad y pierda su puesto de trabajo tendrá más dificultades que el resto de la población para reinsertarse.

Como ya informó en su momento Levante-EMV, la Ribera cerró el mes de junio 17.277 personas inscritas en Labora como demandantes de empleo. De estas, un 34 % eran mujeres con una edad mayor a los 45 años. A este dato se le añade el de las contrataciones. En el conjunto de la comarca se registraron 42.528 a lo largo del primer semestre del año, de estas 5.199 beneficiaron a féminas de dicho sector poblacional. Una octava parte. 

«La mujer se ve doblemente perjudicada en estos casos», resume al respecto el secretario general de UGT en la Ribera, Raül Roselló. Primero, por ser mujer ya tiene que sufrir una brecha de género. En el caso de la comarca, implica una diferencia del 12,86 % con respecto a los contratos destinados a hombres. En segundo lugar, por su edad. Las altas laborales femeninas ascendieron en el primer semestre del año a 18.530. De estas, las mencionadas 5.199 correspondieron a mujeres mayores de 45 años. O lo que es lo mismo, más del doble de las contrataciones femeninas fueron a menores de 45. «Incluso haciendo una división sobre unos cuarenta años de vida laboral, en tramos de 25 a 45 y de 45 a 65, se observa una clara diferencia entre un sector de la población y otro, a pesar de que el que recibe menos altas es el que representa un mayor peso demográfico ya que en él se incluye la generación del ‘baby boom’», reflexiona Roselló sobre estas cifras.

Larga duración

Unos datos que reflejan la cruda realidad, pues significan que, a partir de una determinada edad, las mujeres tienen más dificultades que el resto de la población para retornar al mercado laboral. «En estos casos, suelen convertirse en paradas de larga duración ya que su situación de desempleo se cronifica. Normalmente, una persona que pasa más de un año sin empleo cada vez tiene más complicado su acceso a un nuevo puesto de trabajo, en dicho rango de edad y para las mujeres la dificultad es mayor», recalca el líder de UGT en la comarca.

Roselló no duda a la hora de apuntar hacia las administraciones públicas a la hora de reclamar «políticas activas de empleo diferentes». «Hay que promocionar todo tipo de ocupación, por supuesto, pero los recursos públicos no deben desperdiciarse. Las ayudas a la contratación generalistas no van a la raíz del problema. Debemos diseñar estrategias muy bien pensadas para dar mayores facilidades a los sectores más vulnerables de la población. Hay que promover el empleo juvenil, pero también el de las personas mayores de 45 años. Y, por supuesto, deben ser políticas con perspectiva de género», expone el sindicalista.

De igual modo, el secretario general de UGT en la comarca destaca que en los últimos años se han realizado importantes avances a nivel estadístico dentro de los servicios públicos de empleo «que permiten realizar análisis del mercado laboral que antes resultaban imposibles», una evolución que, según Roselló, debe aprovecharse a la hora de elaborar estrategias para la promoción del empleo. Por último, insiste en la necesidad de que las administraciones local y autonómica vayan de la mano. «Los ayuntamientos han sido claves a la hora de desarrollar las políticas implementadas por Labora y es una alianza que debe consolidarse. Deben ser aliados de las políticas de empleo de la Generalitat y continuar reclamando recursos para seguir por el buen camino», concluye el líder de UGT.

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