El calor y la sequía elevan el temor a la mosca negra frente al mosquito tigre en la Ribera

Las elevadas temperaturas propician la proliferación de ambos insectos, aunque la falta de lluvias disminuye las zonas de cría del mosquito - El caudal del río es suficiente para favorecer a la mosca

Un helicóptero sobrevuela el Xúquer durante un tratamiento contra la mosca negra.

Un helicóptero sobrevuela el Xúquer durante un tratamiento contra la mosca negra. / PERALES IBORRA

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

La ausencia de lluvias y las elevadas temperaturas hacen prever un verano en el que la actividad de la mosca negra pueda ser más preocupante en la Ribera que la del mosquito tigre. Los tratamientos preventivos no cesan en la comarca para garantizar un periodo estival con el menor número de picaduras entre la población de la comarca.

Tal y como apunta Rubén Bueno, director de I+D+I de Lokimica, empresa que gestiona el control de estas molestas plagas a través del Consorci de la Ribera, «el calor es uno de los dos factores que más favorecen la proliferación de ambos insectos». Su actividad biológica se incrementa a medida que también lo hace la temperatura. 

Sin embargo, la primavera seca puede ser un aliado para que el mosquito tigre tenga menos oportunidades. «Si no llueve, no se producen encharcamientos, que es donde crecen las larvas. Aunque las temperaturas hace tiempo que son favorables para su proliferación, lo cierto es que en las zonas públicas tendremos menos puntos de proliferación. Si la gente no deja agua acumulada en jardines, balcones o chalés, puede repetirse el escenario el año pasado, en el que también tuvimos un verano muy seco y la actividad del mosquito fue muy baja», añade a continuación el experto.

La mosca negra representa la otra cara de la moneda, si bien es cierto que los tratamientos preventivos en esta especie abarcan un mayor periodo de tiempo. «Al beneficiarse de las elevadas temperaturas y del agua que fluye en los ríos, en el Xúquer se trabaja todo el año, mientras que las labores del mosquito tigre van desde marzo hasta noviembre, un plazo que cada vez se alarga más al prolongarse los periodos de calor», expone Bueno, que añade: «A pesar de la situación de sequía, el caudal en el Xúquer no ha bajado lo suficiente como para que resulte un factor limitante para la proliferación de mosca negra, de ahí que sea necesaria también la labor preventiva durante el invierno, de lo contrario ya sería problemática desde hace semanas. Si seguimos así, la mosca negra será más abundante que el mosquito».

Tratamiento aéreo

Si la escasez de lluvias prosigue sin que el nivel del caudal del Xúquer descienda drásticamente, la mosca negra puede todavía encontrar un escenario favorable en el que desarrollarse. Por el momento no se ha concretado si este verano, como en años anteriores, se realizará un tratamiento aéreo sobre el río, aunque el biólogo Rubén Bueno lo considera «recomendable». «Por el momento, estamos valorando la situación y dependerá de cómo avancen las próximas semanas. Para realizar un tratamiento aéreo hay que tener en cuenta dos factores. Uno de ellos es el de la actividad, que existan zonas donde la proliferación sea elevada. Los controles rutinarios lo determinarán. La otra tiene que ver con la inaccesibilidad, ya que deben existir puntos a los que no podamos llegar por nuestros propios medios. El seguimiento de los técnicos nos marcará el camino, aunque sería recomendable teniendo en cuenta el éxito de otros años», expone.

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