Detenido un hombre que se hacía pasar por cura para estafar a párrocos

El apresado ha sido denunciado en Catral y Bigastro, tras obtener más de 15.000 euros

Uno de los estafados fue el párroco de Catral

Uno de los estafados fue el párroco de Catral

J.A.Martínez

La Guardia Civil de Alicante ha detenido a un hombre por hacerse pasar por cura para estafar a sacerdotes. El arresto se ha llevado a cabo en la localidad valenciana de Aielo de Malferit, uno de sus últimos domicilios conocidos, tras la denuncia presentada por los párrocos de las iglesias de Catral y de Rojales, de quienes habría conseguido más de 15.000 euros para afrontar problemas económicos. Durante las pesquisas, los investigadores descubrieron que tenía una docena de reclamaciones judiciales pendientes de otros juzgados repartidos por toda España por hechos similares. Solo en Asturias estaba acusado de nueve estafas con idéntica operativa cometidas durante el año 2020.

Ante su dilatado historial, el juzgado de Ontinyent, al que pasó a disposición judicial, ha declarado su ingreso en prisión. El arrestado, asistido por el abogado Francisco González, se acogió a su derecho a no declarar, aunque está pendiente ahora de comparecer ante el juzgado de Orihuela que investiga las estafas en la provincia.

Entre una denuncia y otra había tan solo cinco días de diferencia, el 25 y el 30 de abril, y el modus operandi era prácticamente el mismo. Un hombre pedía ayuda al párroco de la iglesia para visitar a su padre enfermo en otra localidad. Para consumar el engaño y ganar la confianza de sus víctimas, les ponía en contacto con un supuesto miembro eclesiástico que corroboraba la historia. Lo que los perjudicados ignoraban era que ese supuesto sacerdote con el que hablaban por teléfono era la misma persona que se hacía pasar por el hijo en apuros al que estaban ayudando y sin que hubieran notado nada extraño. Su interlocutor dominaba la jerga eclesiástica hasta tal punto de que estaban convencidos de que hablaban con alguien de la Iglesia. Todas estas circunstancias llevaron a los agentes a la conclusión de que ambas estafas eran obra de la misma persona.

La primera de las denuncias la presentó el párroco de Catral, quien relató que en enero se presentó en su casa un joven diciéndole que era vecino del pueblo y que tenía a su padre enfermo en Salamanca. Según le dijo, necesitaba dinero para ir con su familia a la otra ciudad para asistir al moribundo y con el que no tenía relación desde que se hizo diácono permanente. Para que el párroco confirmara sus referencias le dio el teléfono de un sacerdote de Salamanca y que le estaría ayudando en esos duros momentos. El párroco de Catral llamó al otro sacerdote y con quien estuvo charlando distendidamente, hasta el punto de que hicieron cierta amistad desde la distancia y mantuvieron el contacto durante meses. El clérigo acabó dejando al supuesto hijo en apuros 300 euros en mano para el viaje. Pero la historia no terminó ahí.

Herencia

Por teléfono le iban contando de la enfermedad del padre, hasta que finalmente falleció, momento en que le comunican que dejaba una herencia de 70.000 euros y dos pisos en propiedad, pero que no podía cobrar porque debía hacer frente al pago del impuesto de sucesiones para acceder a ella. Y claro, necesitaba dinero. Así acabó haciéndole hasta cinco transferencias bancarias, con lo que el total de lo pagado ascendía a 14.800 euros. De repente, los teléfonos a los que llamaba dejaron de dar señales de vida. Llegado ese momento, se dio cuenta de que podía haber sido víctima de una estafa. El propio párroco llegó a plantear a los agentes que estaba tan convencido de que su interlocutor era un sacerdote que hasta tenía dudas de si podía haber pasado algo.

En el caso del párroco de Bigastro, los hechos ocurrieron de manera simultánea a los de Catral. Éste denunció que le llamó por teléfono un supuesto sacerdote desde Salamanca para pedirle ayuda para un diácono socio de su iglesia, que padecía una grave enfermedad y necesitaba dinero para la familia de éste. Éste aportó 500 euros, ya que le prometieron que se los devolverían, que fue a recoger a su casa el hijo en apuros.