El verano es sinónimo de sol y playa. El buen tiempo atrae a las costas valencianas a toda clase de público y con él, también a las medusas y sus molestas picaduras.

El calor y las altas temperaturas convierten las aguas del Mediterráneo en un auténtico paraíso tropical para estos animales gelatinosos. Es frecuente que ataquen a los bañistas aprovechando un momento de despiste. El contacto de sus tentáculos con la piel produce un efecto urticante, agudo y doloroso y deja una marca que podría ser permanente.

El operativo a seguir cuando una medusa pica es salir inmediatamente del agua y acudir a la posta sanitaria más cercana para recibir el tratamiento adecuado. En caso de no encontrar un puesto de socorro es importante conocer los siguientes pasos:

- Limpiar con agua de mar la zona afectada para impedir que el efecto de la picadura se expanda. No utilizar nunca agua dulce o del grifo o la reacción será mayor.

- Lavar la piel con suero fisiológico.

- Eliminar cualquier resto de la picadura de medusa sin recurrir a los dedos. Para ello se recomiendan las pinzas.

- Enfriar la zona durante un cuarto de hora con hielo envuelto en una toalla.

- Tomar medicamentos para suavizar el dolor y escozor como un analgésico o antihistamínico.

Otras de las posibles soluciones es pasar un elemento de plástico por la zona afectada (una tarjeta, por ejemplo) y posteriormente aplicar la crema recomendada. Hay algunos comercios que ofrecen productos específicos para este fin. El vinagre también ayuda a remitir el dolor, aunque no resulta efectivo con todos tipos de medusas. En casos de extrema necesidad, la orina cumple la misma función.