Las cosas que no se sabían de Josep Pla

Xavier Pla

Xavier Pla

Ernest Alós

Xavier Pla (Girona, 1966) no conoció personalmente a Josep Pla. Cuando el escritor ampurdanés murió, él tenía solo 15 años. «Pero mientras estudiaba Filología Catalana -explica- conocí a muchos de sus amigos y todos me decían que hacía falta una biografía, porque no estaba todo dicho. Después, en mi vida universitaria, conocí a escritores que lo trataron, como Antoni Vilanova, Josep Maria Castellet y Albert Manent, y todos me decían que sobre Pla había muchas cosas que no se sabían. ¿A qué se referían?». A responder esa pregunta ha dedicado una década larga y el resultado es la inmensa biografía que finalmente pudo publicar el pasado marzo en catalán y hace un mes en castellano, Un corazón furtivo. Vida de Josep Pla (Destino).

Xavier Pla encabeza la Càtedra Josep Pla, creada por la Fundació Josep Pla, la Universitat de Girona y Grup 62, que tiene en marcha tareas como la fijación de la versión definitiva de la obra de Pla en cada una de las reediciones, la ya consumada publicación digital de toda su producción periodística y la digitalización de toda su correspondencia. Él ha podido ir más allá que los anteriores biógrafos del autor de El quadern gris (Lluís Bonada, Xavier Febrés, Arcadi Espada, Cristina Badosa, Valentí Puig) en gran parte gracias al acceso ilimitado al fondo documental del escritor, facilitado por la familia. Unas 35.000 cartas, de las que ha hecho una «cata» de 4.000 inéditas que eran relevantes para su proyecto, además de explotar, calcula, «otros 1.800 documentos inéditos». Algo que le ha permitido afrontar el desafío de biografiar a alquien que dedicó miles de páginas a escribir su autobiografía, ocultando y mistificando. Deconstruyendo la imagen que construyó obsesivamente para encontrar el «corazón furtivo» que se escondía debajo del Pla obsesionado por el adjetivo preciso pero «con una gran dificultad para expresar sus sentimientos» (como le reprochaba una de sus amantes).

De su biografía, Pla destaca que queda aún más claro si cabe su papel central en la literatura catalana del siglo XX. «Participa en todas las polémicas, habla de todas las cosas», dice. Menos de la Guerra Civil y de sus relaciones sentimentales. Así que «tenía la responsabilidad de responder a estas preguntas». Y la recepción que ha recibido su obra, cree, le indica que la «inquietud» sobre ellas ha quedado razonablemente resuelta. El Pla biógrafo desentierra exhaustivamente la «vida sentimental intensa, aunque intentase disimularlo», del Pla escritor. Y cree que ha podido abordar objetivamente, «de una forma que hace 30 o 50 años no habría sido posible», cómo se enfrentó a la Guerra Civil (como fugaz vencedor que pasó rápidamente a vencido moviéndose en los márgenes del posibilismo) «un escritor catalanista conservador». 

Pla ha tenido como referencia una frase Milan Kundera. «Decía que si leemos biografías es porque, como ahora ya nadie cree en la inmortalidad, ver cómo se despliega ante nuestros ojos la gran aventura humana de una persona inscrita en el tiempo y en el espacio nos ayuda a conjurar la angustia de la muerte».  

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