Opinión | Tribuna

Antisemitismo de nuevo cuño en la Unión Europea

La problemática del antisemitismo en la Unión Europea desde una perspectiva filosófica, nos expone el retroceso en cuanto al tema de derechos humanos dentro de un contexto democrático y globalizado de aparente respeto hacia el diferente. Aunque carente de una ética discursiva y práctica que se palpe desde una legislación eficiente, donde se proteja a una población que ha sido discriminada y segregada desde siempre.

Donde una existencia digna en términos de igualdad se muestra prácticamente inconcebible para cualquier judío en Europa, particularmente al buscar su expulsión en masa de los núcleos sociales e incluso su exterminio físico como expone Antonio Bar Cendón, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de València y Tamar Shuali Trachtenberg, Doctora en Teoría de la Educación de la Universidad Católica de Valencia.

Porque ambos especialistas enfatizan que se trata de un problema estructural que trasciende las percepciones personales y se enquista en las instituciones tanto públicas como privadas, dificultando la vida de los judíos y el pleno disfrute de sus derechos y garantías como ciudadanos. Pese a la Declaración conjunta del Consejo, el Parlamento Europeo y la Comisión, de junio de 1986 en la que se «Condena enérgicamente cualquier manifestación de intolerancia, de hostilidad y de uso de la fuerza contra una persona o grupo de personas por motivos de diferencia racial, religiosa, cultural, social o nacional» y la Resolución del Parlamento Europeo sobre la lucha contra el antisemitismo, del 1º de junio de 2017, al igual que la Estrategia de la UE de lucha contra el antisemitismo y apoyo a la vida judía (2021-2030), aprobada en octubre 2021, y que marca las directrices que tanto la UE, como sus Estados miembros deberían seguir.

En consecuencia, es necesario realizar un estudio pormenorizado de la normativa en cuanto a su cumplimiento y aplicación más allá de la letra muerta, al hacer hincapié en que la intención que subyace en este debate es conseguir la mejor comprensión ante la práctica del antisemitismo, pensando tanto en los docentes que han de explicar esta materia en las aulas, como en los dirigentes políticos que han de diseñar estrategias y normas para combatir este problema en todas sus manifestaciones y entornos sociales. Ya que siguiendo a Bar y Shuali, el problema más vidrioso que se produce en este terreno es cuando se une el antisemitismo al antisionismo, produciéndose así una contaminación política del término.

Por otra parte, es necesario implementar en la práctica las medidas que se han adoptado en el marco de la UE y en organizaciones internacionales, ya que el antisemitismo no solo afecta a las personas judías, individual o colectivamente, sino que, como ideología basada en el odio y los prejuicios, ataca al mismo tejido social poniendo en riesgo el pleno ejercicio de los derechos fundamentales y la integridad misma de todo el sistema democrático, como lo señala la profesora Mónica Martínez, Doctora en Derecho Constitucional en la Universitat de València,

Porque el antisemitismo en la modernidad, ha presentado cambios y constancias de un prejuicio milenario como lo expone el Doctor Benno Herzog, profesor de sociología de la Universitat de València, al hacer un análisis conceptual del término antisemitismo en conexión directa con la realidad social, describiendo la evolución del término desde la formulación del antijudaísmo de tinte religioso, hasta llegar al término moderno de antisemitismo, pasando por el concepto racionalizado de este que dio sostén teórico a las teorías racistas del nazismo y al desastre del Holocausto.

En el mismo orden de ideas, es fundamental como nos explica la Doctora Shuali, educar en la importancia de la enseñanza del Holocausto- la Shóa- como una herramienta para la lucha no sólo contra el antisemitismo, sino también en contra del racismo, la xenofobia, la intolerancia y cualquier otra forma de discriminación social, al prevenirla y eliminarla, ya que el respeto a la dignidad humana se traduce en el compromiso que adquiere la UE con la inclusión y la equidad que sólo podrán ser efectivas a través de la educación.

Por último, es conveniente acotar que el reto de este siglo tecnológico debe partir de una perspectiva transversal e interdisciplinar, constituida por un nuevo enfoque de análisis del antisemitismo a través de la lente de la ciber filosofía, al valernos de las herramientas que nos brinda la Inteligencia Artificial en combinación con la ética en el ámbito de la computación. En el sentido de combatir el antisemitismo y el antisionismo de nuevo cuño, por medio de una hermenéutica crítica que permee a la sociedad frente a las Tecnologías de la Información y Comunicación TICs, mediante un ejercicio que visibilice las nuevas fronteras del odio a la luz de la IA.