Opinión | Reflexiones

La deseada ruptura

Confieso que desde hace tiempo la política me genera una sensación extraña. Tanto es así que, en ocasiones, al observar la actualidad no puedo evitar que mi mente viaje hacia alguna película de Buñuel. Lo hace de forma automática, como una suerte de desviación mental incontrolable. Como si cada vez tuviera más sentido aquello de que no existe el surrealismo porque hoy es la realidad, que diría el genio del cine. La última escena de esta incursión de lo irracional en la política es la ruptura de los pactos autonómicos PP-Vox. Aunque, quizá no sea tan disparatado. Porque hay que recordar que estos acuerdos, aun pareciendo sólidos, pronto adolecieron de una importante debilidad: favorecer la frustración del PP de conquistar el Gobierno de España. Lo que hace presumir que, si bien ha sido Vox el que ha dado la patada, esta ruptura venía siendo el objeto de deseo del socio mayoritario. Porque es muy difícil conquistar las más altas esferas del poder cogido de la mano de quienes representan el discurso más reaccionario e, incluso, inhumano de todo el arco político. Para siempre quedará en nuestra memoria las palabras de Santiago Abascal calificando como «invasión de menas» lo que es un verdadero drama humanitario.

Pero, si hay un punto de inflexión en toda esta historia son las elecciones europeas. No tanto por el resultado como por la política de alianzas posterior. Me explico. El dique de contención que los grandes partidos europeos han puesto a los grupos de extrema derecha, dificulta mucho que el PP pueda mantener en España gobiernos con ellos. A lo que hay que sumar el salto que ha dado Vox alineándose con el nuevo grupo ultra que lidera Orbán. Lo interesante a partir de ahora será ver cómo se van definiendo las escenas de esta nueva película: desde la posible crisis interna en Vox, hasta qué políticas impulsarán los gobiernos del PP sin el efecto arrastre de los ultras. Volviendo al inicio, confesaré que todo lo acontecido estos días me ha recordado aquella escena en El fantasma de la libertad cuando, de repente, un avestruz se pasea por la habitación conyugal ante la atónita mirada de él mientras ella duerme plácidamente. Pues eso, Buñuel.