Opinión

Vox decide hacerse de ultraderecha

Se ha disuelto la ficción de las mayorías absolutas de facto, y la estampa de Vox como un Neil Diamond que endulza a los gabinetes regionales

Santiago Abascal preside el Comité Ejecutivo Nacional de VOX

Santiago Abascal preside el Comité Ejecutivo Nacional de VOX / VOX

Cualquier ser humano que se emocione con RodStewart entenderá que Vox es el placer culpable del PP, el chico duro vestido de cuero y encargado de que los populares parezcan moderados por comparación. Incluso el irresoluto Feijóo se mostraba paternalista con sus vecinos durante los trámites de la investidura fallida. Los daba por sentados, apenas un agradecimiento superficial frente a la claridad de Sánchez al asumir su alianza con Sumar, antes incluso de celebrarse las elecciones. El líder de la oposición manifestaba solo una semana atrás que bien podría pactar a la vez con Junts y con la ultraderecha moderada, a partir de la premisa de que les engañaría simultáneamente igual que el presidente del Gobierno a sus socios.

Por desgracia para el PP, sus aliados universales de Vox se han estancado donde no retroceden, por lo que han decidido hacerse de extrema derecha. Si hasta la limitada Cuca Gamarra admite que la asignación de inmigrantes menores no justifica la ruptura de los pactos autonómicos, está reconociendo la gravedad de la crisis subyacente entre las derechas. Los populares basan su argumentación en la inestabilidad del Gobierno Sánchez, cuando albergan una fragilidad igualmente acusada en sus autonomías. Se ha disuelto la ficción de las mayorías absolutas de facto, y la estampa de Vox como un Neil Diamond que endulza a los gabinetes regionales.

Le Pen ha disuelto o asimilado a Los Republicanos, equivalentes franceses del PP. Frente a esta deglución, Vox está reducido a un caniche a quien ladran amenazadores los Alvises, por lo que ha decidido radicalizarse. Si Vox acepta la política migratoria que el PP se resigna a asumir del PSOE, ¿cuál es la esencia de la ultraderecha? Ahora bien, este planteamiento combativo se estrella con la evidencia de que Abascal no arriesga ni un euro con rupturas que dejan desguarnecidos económicamente a sus barones. Como bien dejó dicho Steve Bannon antes de entrar en prisión, "añoraréis a Trump, un moderado que frena a las fieras que vienen detrás".