Opinión | àgora

Día Mundial del Cooperativismo a la valenciana

En un momento en que la economía global enfrenta desafíos sin precedentes, el cooperativismo emerge como un modelo seguro y sostenible, especialmente en la Comunitat Valenciana. Este año València es la capital española de la economía social y esta distinción no solo es un honor, sino también un reflejo del arduo trabajo y el compromiso de nuestras cooperativas con el desarrollo económico y social de nuestro territorio.

El cooperativismo en la Comunitat Valenciana es más que una alternativa económica: es una fuerza vital que impulsa nuestra economía. Las cifras hablan por sí solas: en 2023, las ventas de las cooperativas valencianas ascendieron a casi nueve mil millones euros, representando un significativo 7,10% del PIB de la Comunitat. Además, más de la mitad de la población valenciana es cooperativista: se estima que más de 2’7 millones de personas están involucradas en este modelo empresarial.

Este crecimiento y éxito no son casualidades. Las cooperativas están comprometidas con el territorio; no se venden ni se deslocalizan. Generan empleo estable y de calidad, con 61.073 empleos directos en 2023, y son socialmente responsables. Estas empresas no solo se enfocan al beneficio económico, sino también a la acción social y cultural, aportando al bienestar colectivo.

La evolución del número de cooperativas en nuestra región también es notable. Desde 2018, hemos visto un aumento constante, pasando de 2.521 cooperativas en ese año a 2.704 en 2023. Este crecimiento es un testimonio de la confianza y la apuesta por este modelo empresarial en nuestra comunidad.

Además, València destaca a nivel estatal. La Comunitat aglutina el 11% de las empresas y el 14% del empleo de la economía social de mercado en España. Las cooperativas valencianas generan más empleo que en cualquier otra provincia española y, entre las cinco mayores empresas de nuestra región, dos son cooperativas: Consum y Anecoop.

El papel del cooperativismo en la solución de problemas sociales también es crucial. Este modelo empresarial puede aportar soluciones a desafíos como el desempleo, la transición energética y la discriminación. Las cooperativas de trabajo asociado, por ejemplo, son la fórmula preferida por los emprendedores para crear empresas colectivas participadas, ofreciendo una respuesta efectiva y humana a la creación de empleo.

La diversificación de nuestras cooperativas es otro aspecto que destaca. Tenemos cooperativas en todos los sectores económicos, desde la producción agrícola hasta la industria y los servicios financieros. Las cooperativas agroalimentarias, en particular, generan el 20% del total de puestos de trabajo en este sector en España y exportan más del 78% del valor de su producción.

En el ámbito educativo, el cooperativismo de enseñanza en la Comunitat Valenciana se ha convertido en un foco de innovación pedagógica. Con más de un centenar de centros educativos y una de las dos únicas cooperativas que imparten estudios universitarios en España, el impacto en la formación de nuestras futuras generaciones es incalculable.

En conclusión, el cooperativismo en la Comunitat Valenciana es más que una forma de hacer negocios: es un compromiso con el desarrollo sostenible y equitativo de nuestra sociedad. Como presidente de Concoval, estoy orgulloso de ser parte de este movimiento y de ver cómo nuestras cooperativas continúan siendo un faro de esperanza y progreso en tiempos de incertidumbre. València, como capital de la economía social en 2024, no solo celebra un título, sino que reafirma su liderazgo y su contribución a un futuro mejor para todas las personas. n