Opinión

Pilar G. Del Burgo

Alemania suena a Bach y a la Eurocopa

Alemania suena a Bach.

Alemania suena a Bach. / Levante-EMV

La ciudad de Leipzig que cada año estrena el mes de junio con el más importante festival de música del mundo dedicado a Johann Sebastian Bach hizo coincidir este año ese acontecimiento devocional para los melómanos con el arranque de la Europa. La más importante plaza de la localidad se acotó para instalar tres enormes escenarios regados a más no poder de watios que inauguraron el evento deportivo. La ciudad tenía dos andares: el de los seguidores de las cantatas y motetes que se deleitaban con entrega al exquisito programa del Bachfest y el de los forofos del balompié que disfrutaban con sus consignas, gritos, estallidos de euforia y con las jarras de medio litro de cerveza que en Alemania es la medida standard de la pilsen. La ciudad, como todas las que acogen partidos del evento europeo, se blindó en seguridad. Los asistentes al festival de música clásica no entendían que las principales arterias urbanas estuvieran bloqueadas con unos enormes sacos terreros que obstaculizaban el tráfico en las calles peatonales del centro, hasta que la gran pelota de la Eurocopa colocada en otra céntrica ubicación daba entender el porqué de aquel extremo rango de seguridad. Desde que se inició la Eurocopa, la policía alemana no cesa de establecer controles. No hay stop. Las estrictas medidas de seguridad han llevado incluso a desalojar hoteles como ocurrió en uno situado en el aeropuerto de Berlin a las doce de la noche. Las alarmas sonaron en las habitaciones y un centenar de personas —varios valencianos— bajaron en pijama hasta que se desactivó el peligro. Lo mismo ocurría con las terminales aéreas, canceladas sin aviso previo a la mínima sospecha.

Mientras España goleaba la portería contraria, los seguidores del Bachfest disfrutaban de las dos pasiones compuestas por el gran maestro: la de San Mateo y la de San Juan, así como de una exquisita selección de todas sus obras.

Alemania se ha convertido en el país del gozo, para unos del extásis espiritual con magníficos conciertos a los que han asistido músicos y espectadores de más de cincuenta países y para otros en un estallido de gritos de alegría o de impotencia. En ambos casos, en Alemania era muy fácil ver lágrimas tanto de unos, emocionados con la poesía que impregna la música de Bach, como de otros que celebraban triunfos y lamentaban derrotas.

Alemania será definitiva para España en la Eurocopa este viernes, como lo es cada año para las miles de personas que acuden casi religiosamente al Bachfest de Leipzig.