Opinión | Tribuna

Los jóvenes de enseñanza media exploran su ideología

La información sistematizada refleja que la ideología de los estudiantes de secundaria es compleja y contradictoria, si bien se ha extendido las ideas reaccionarias entre ellos

Un trabajo de investigación sociológica titulado L’ascens de l’extrema dreta entre l’alumnat d’ESO i el batxillerat: mite o realitat es el que han llevado a cabo cuatro estudiantes de 4º de ESO del IES La Murta (Alzira) tutorizados por su profesor de Historia. Ha sido premiado en el Concurso Comprendre la societat promovido por la Facultat de Ciències Socials de la Universitat de València.

Se trata de una temática relevante ante el avance del voto de los jóvenes a la extrema derecha en las recientes elecciones europeas que también afecta a España: los jóvenes menores de 30 años han votado más a partidos de extrema derecha que en las anteriores elecciones. Las preocupaciones que han movido a efectuar esta investigación es confirmar o desmentir la idea de que los planteamientos de extrema derecha aumentan entre los jóvenes. Con este fin, se preguntan si los planteamientos de la extrema derecha están tomando fuerza en las aulas de la Comunidad Valenciana o simplemente constituyen una percepción generalizada sin fundamentación empírica.

Huyendo de las respuestas manidas y prefiriendo los datos de primera mano, se interesan por la opinión del estudiantado sobre las ideas y propuestas de VOX acerca de la violencia e igualdad de género, inmigración, aborto, Ley de Memoria, cambio climático, fiscalidad y gasto público, entre otros temas. Lo hacen mediante encuesta de 25 preguntas a una muestra de estudiantes de un centro educativo paradigmático, recogiendo datos significativos sobre la recepción de las ideas de VOX por el estudiantado.

La información sistematizada refleja que la ideología de los estudiantes de secundaria es compleja y contradictoria, si bien se ha extendido las ideas reaccionarias entre ellos. Una mayoría considera que no tiene sentido seguir insistiendo en la violencia de género y que resulta mejor hablar de violencia intrafamiliar; asocia el aumento de la inmigración con la delincuencia, está de acuerdo endurecer las condiciones para entrar a España y afirma que muchos inmigrantes se aprovechan de los servicios públicos y de las ayudas. También, hay una mayoría de jóvenes estudiantes que responde que se pagan demasiados impuestos en España y que el Estado no debería financiar con dinero público partidos políticos o sindicatos; una mayoría de estudiantes afirma que los políticos buscan enriquecerse y que se les debería rebajar el sueldo.

Paradójicamente, buena parte de estos jóvenes no niega el cambio climático, ni es partidaria de ilegalizar el aborto, tampoco considera que la Ley de Memoria busca remover el pasado, que la tauromaquia sea cultura o que aprender castellano o inglés sea más importante que el valenciano. Sólo una ínfima minoría niega el cambio climático; sólo una cuarta parte considera que se debería prohibir el derecho al aborto; solo una tercera parte considera que la Ley de Memoria busca reabrir las heridas y que la tauromaquia es cultura; finalmente, menos de la mitad considera que el inglés y el castellano debiera ser priorizado ante el valenciano por su utilidad.

La información es significativa: coexisten jóvenes que asumen completamente los planteamientos ultraderechistas, los que los rechazan, y otros que comparten algunos y rechazan otros. Es decir: hay ideas regresivas y antidemocráticas muy extendidas entre los jóvenes bachilleres y otras que apenas han fructificado. Una realidad contradictoria a cuya enmienda no renuncian los autores del trabajo, y efectúan una serie de recomendaciones, con el fin no solo de comprenderla mejor, sino de que sea posible la intervención para preservar los derechos -que hacen humano y habitable nuestro pequeño mundo- y corregir las desigualdades.

La actitud de estos jóvenes estudiantes de ciencias sociales es esperanzadora y pone de manifiesto que han adquirido una serie de competencias sobre la comprensión de la realidad social, y que el sistema educativo español está capacitado para proporcionarlas. El trabajo premiado pretende contribuir con honestidad a conocer las ideologías de sus compañeros y, por tanto, de una parte de la sociedad.

Nuestro reconocimiento al estudiantado, al profesorado de enseñanza secundaria que promueve estas actividades, y a la Facultat de Ciències Socials, en su XXV aniversario, por este concurso que facilita la sensibilización y formación sociológica de jóvenes estudiantes de enseñanza secundaria. n