Hemos tenido que esperar dos añitos, pero la segunda temporada de 'La casa del dragón' ya está aquí. El final de la primera nos prometía que tendríamos venganza cuando llegaran los nuevos episodios. Y ya solo con el estremecedor momento final del primer episodio nos vaticinan que nos adentramos en una cruenta guerra civil. El ojo por ojo se ha instaurado en la forma de hacer política y nos sumergimos en una escalada que solo puede acabar con un baño de sangre. Era en la trilogía de El Padrino de Francis Ford Coppola donde decían eso de "No es personal. Solo negocios" y aquí, el brutal enfrentamiento entre las distintas facciones de la familia Targaryen nos dice que esto es personal y que se han traspasado todas las líneas rojas. Esta precuela de 'Juego de tronos' viene a recordarnos por qué no era una buena idea que la casa Targaryen volviera a sentarse en el trono de hierro.

Antes de seguir me van a permitir que introduzca un pequeño apunte personal. La misma semana en que HBO, ahora rebautizada como Max, ha estrenado 'La casa del dragón' este blog desde el que cada semana analizo alguna serie de televisión ha cumplido diez años. Parece que fue ayer cuando en ese primer post, analizaba el final de la cuarta temporada de 'Juego de tronos' y hacía un pronóstico de por dónde podían ir los tiros para la quinta. Tras tres temporadas en las que no paraban de traumatizar a los fans (la ejecución de Ned Stark, la boda roja...), eran momentos de esperanza. Nos habíamos librado de nuestro odiado rey Joffrey, mientras que los más jóvenes de la familia Stark empezaban su particular viaje del héroe y nos dábamos cuenta de que la serie no era de los que habíamos perdido, sino de cómo sus sucesores lograban estar a la altura de los caídos. Como así lo reflejaba la evolución de los protagonistas de la casa Stark. Jon Nieve (Kitt Harington) se revelaba como un brillante estratega militar dirigiendo a la Guardia de la Noche para evitar la invasión del Muro; Arya (Maisie Williams) embarcaba a Braavos donde aprendería a ser la eficiente asesina en la que se convertiría; mientras Sansa (Sophie Turner) aprendía a manejar los hilos de alta política; y Bran (Isaac Hempstead-Wright) que comenzó la serie convirtiéndose en inválido, iba camino de un viaje espiritual tras el que se convertiría en uno de los seres más poderosos de los Siete Reinos. Hodor.

Nada de esto tendremos en 'La casa del dragón', puesto que la historia que nos están contando no es el viaje del héroe de sus protagonistas. Tenemos a dos bandos enfrentados que parecen pugnar por cuál es el más sanguinario. Sus propias ambiciones y sed de poder las convierten en antihéroes. Las que en su infancia fueron amigas inseparables, hoy están enfrentadas por el Trono. Rhaenyra Targaryen (Emma D'Arcy) parecía estar llamada a ser la elegida, hasta que su mejor amiga se casa con su real padre. A la muerte del rey Viserys, Alicent Hightower (Olivia Cooke) conspirará para que sean sus hijos los herederos al trono. Y éste es el escenario de guerra civil al que hemos llegado en esta segunda temporada. Una contienda que en el mundo literario de George R. R. Martin tiene dos años de duración (no sé si con invierno o sin él). La brutalidad usada por cada uno de las dos facciones provoca que difícilmente podamos elegir bando. El conflicto fue bautizado como la Danza de los Dragones y en ella veremos a los escupefuegos desatados. ¿Será en esta guerra cuando parecieron extinguirse?

Dicen que las audiencias no han sido todo lo buenas que se esperaban, pero creo que sería mejor analizar esos datos con la perspectiva que da el tiempo. Primero, es cierto que estos personajes no tienen el carisma de los que tenía la serie original, pero ofrecen al fan la oportunidad de trasladarse a este fascinante universo literario. También hay que tener en cuenta que hay quienes prefieren tener varios capítulos acumulados antes de empezar a verla, aunque se exponen a que les hagan 'spoilers'. Mientras que la plataforma que la emite ha cambiado de nombre, ahora HBO se llama Max a secas. ¿Habrá efecto llamada para remontar las suscripciones? Por lo pronto, la cadena ya dio luz verde a una tercera temporada antes de que ésta se estrenara. Así que los productores tienen bastante fe en el producto que venden.

La Casa del Dragon nos lleva a un tipo de series que estaban de moda hace una década. Las protagonizadas por antihéroes. Como Toni Soprano, Walter White de 'Breaking Bad,' su personaje toma decisiones muy alejadas del canon heroico de las sagas de fantasía. Con 'Juego de tronos', aprendimos lo brutal que puede ser este mundo. En 'La casa del dragón' decíamos que se han rebasado todas las líneas rojas. Mientras que en Juego de Tronos, quedaban y siguen quedando libros por publicar, la historia de 'La casa del dragón' sí que está acabada. Fuego y Sangre está escrito a modo de libro de historia, en el que se repasan los momentos más destacados de la Dinastía de los Targaryen. Es algo así como El Silmarillion de Martin, esa obra de Tolkien en la que 'El señor de los anillos' quedaba resumido en un par de páginas (por cierto la segunda temporada de esta última llega a Amazon el 29 de agosto). Y según estos libros de la historia de los albinos más sanguinarios de la tele, nada de esto puede acabar bien. Hay un brutal asesinato al final del primer episodio y que aparece contado como un evento más. Como si nos estuvieran diciendo, esto no ha hecho más que empezar.