Vicky del Cerro se ha convertido junto a Manuel Pascual es una imprescindible en las tardes de Pasapalabra, el concurso estrella de Antena 3 y uno de los más longevos de la televisión en España.

La concursante, que asegura que siempre soñó con tomar parte en Pasapalabra y que hace ya unos años que empezó a prepararse para este objetivo, ha sido una de las aspirantes más seguras y brillantes de los últimos tiempos. Sin embargo, y pese a haberse quedado muy cerca del bote en algunas ocasiones, Vicky del Cerro ha tenido que decir adiós al gran premio del concurso.

Otra burgalesa en Pasapalabra

La burgalesa, quien se confiesa ferviente admiradora de su paisano Orestes Barbero, llegó a Pasapalabra pensando que, aunque sólo estuviese un día en el programa, la experiencia ya le valdría la pena.

Pero no fue así y Vicky del Cerro aguantó más de una jornada y empezó a acumular un programa tras otro hasta almacenar una buena cantidad de dinero al margen del bote de Pasapalabra, que supera los 300.000 euros.

Frente a ella está todas las tardes Manuel Pascual, el joven universitario que se ha convertido en su rival más fiel y al que le une una extraordinaria amistad, según han confesado ambos.

Manu, que es como todo el mundo le conoce, goza también de una excelente preparación y se ha proclamado vencedor de Pasapalabra en varias ocasiones. La última de ellas, la del programa que se emitió el 2 de julio y en el que Vicky le dijo adiós al bote del concurso.

Manu y Vicky se abrazan tras el rosco. A3

El duelo entre ambos estuvo muy disputado e igualado durante todo el rosco, aunque un error en la segunda vuelta de Vicky la condenó inmediatamente a renunciar al gran premio y la obligó a arriesgarse sin medida: ya no tenía nada que perder y lo único que podía era arañar algún acierto más y poder superar a Manu.

Él, por su parte, estaba sólo a tres definiciones del bote de Pasapalabra y no había ni un solo error en su marcador: todo a favor para optar al bote de Pasapalabra.

Sin embargo, Manu prefirió dar la callada por respuesta y dejar que el silencio hablara por él: no iba a contestar más y eso debía interpretarse como que se plantaba y se quedaba con los 22 aciertos que tenía en su haber. A cambio: la victoria en ese programa y una recompensa de 1.200 euros que vienen a sumarse a su acumulado, dinero que se embolsará en caso de que su rival sea quien finalmente se lleva el bote de Pasapalabra.