Noche tras noche cientos de miles de personas se sientan frente al televisor para disfrutar de uno de los programas más anecdóticos de la parrilla: First Dates. El formato de Cuatro reúne a sus invitados, que buscan el amor en una romántica velada, que bien puede ir sobre ruedas, pero que también en muchas ocasiones acaba siendo un verdadero desastre. 

Los espectadores de First Dates están acostumbrados a conocer a través del programa a personajes de lo más pintorescos. A menudo los carácteres de quienes se sientan en la misma mesa para disfrutar de la cita a son demasiado incompatibles. Por otra parte, otra situación que suele darse es que la tensión sexual entre ambos se palpa incluso a través de la pantalla. Sea como sea, siempre se acaban generando situaciones de lo más surrealistas en el plató 'del amor'

Antonio, en First Dates: "Soy afiliado de Vox"

Antonio y Yoli vienen desde Málaga y también han llegado a First Dates buscando su media naranja. Él ha contado que forma parte de un grupo de captación paranormal. También se ha descamisado para enseñar a las cámaras del programa sus tatuajes patrióticos, un lince y la bandera de España a color: "Tengo tatuado el lince ibérico español". Además, ha compartido que también lleva tatuada a su madre en el otro brazo y el escudo del Madrid en una pierna.

Ella se ha definido como una mujer "con más cojones que la copa de un pino". Ha revelado a Antonio que le gusta el fútbol y que es del Real Madrid, algo en lo que han coincidido. Además, los solteros comparten ideología política, ya que han reconocido que son votantes del partido ultraderechista Vox: "Soy afiliado de Vox", decía Antonio. No obstante, ha querido aclarar a su cita que no se considera ni machista ni retrógrado, pero sí "un tipo con principios". A ella, por su parte, le gusta la caballerosidad, que un hombre le "retire la silla".

Antonio y Yoli en 'First Dates'. Cuatro

Todo iba sobre ruedas hasta que Yoli le ha contado que fuma. "Eso puede ser un gran problema", ha lamentado Antonio. El de Málaga le ha dicho que ha sufrido las consecuencias del tabaquismo, y es que tuvo una expareja que sufrió cáncer de pulmón. De hecho, cuando esto ocurrió él dejó de fumar, hace ya catorce años.

Cuando ha llegado el momento de la decisión final, los dos han reconocido que han estado muy a gusto durante toda la velada. Sin embargo, Antonio no ha podido eludir que para él es un inconveniente que Yoli fume. Ella lo ha respetado, pero ha opinado que si en algún momento deja de fumar es porque se lo prometió a su padre o por decisión propia, no para poder estar con alguien.