Noche tras noche cientos de miles de personas se sientan frente al televisor para disfrutar de uno de los programas más anecdóticos de la parrilla: First Dates. El formato de Cuatro reúne a sus invitados, que buscan el amor en una romántica velada, que bien puede ir sobre ruedas, pero que también en muchas ocasiones acaba siendo un verdadero desastre. 

Los espectadores de First Dates están acostumbrados a conocer a través del programa a personajes de lo más pintorescos. A menudo los carácteres de quienes se sientan en la misma mesa para disfrutar de la cita a son demasiado incompatibles. Por otra parte, otra situación que suele darse es que la tensión sexual entre ambos se palpa incluso a través de la pantalla. Sea como sea, siempre se acaban generando situaciones de lo más surrealistas en el plató 'del amor'

Miguel Ángel se define como un hombre "tranquilo, formal y activo" al que le gusta hacer deporte y moverse. Cuenta que lleva tiempo solo y que ahora sabe hacer todas las tareas del hogas: "Echo una mano en todo lo que puedo". Cuando le preguntan por su vida amorosa asegura que le ha ido muy bien y que, de hecho, ha estado 35 años casado hasta que decidió divorciarse: "Decidí que como el matrimonio no estaba funcionando se acabó".

"Antes trabajaba de sol a sol y eso me llevaba a decicar más tiempo al trabajo que a mi mujer y a mi hijo", explica. Ahora, según cuenta, el tener más tiempo libre le ha hecho ser más cariñoso: "He cambiado un poco". Cuando le preguntan sobre lo que busca en una pareja, lo primero que dice es que le gustaría que tuvieran bastantes cosas en común. Por otra parte, le gustaría que fuera una persona activa y a la que le gustara hacer cosas y "que no sea de las que se tumba en el sofá". En cuanto al físico, busca a alguie que sea similar a él: "Que no sea muy obesa porque yo soy delgado".

Miguel Ángel y María José en la cita. Cuatro

María José asegura que en el baile tiene muchos admiradores: "No sé si es porque está a oscuras y no se me ven mucho las arrugas y los defectos", puntualiza. Se define como una persona simpática y explica que cuando baila intenta adaptarse al hombre: "Bailo con ellos muy sensualmente, y no sé si será por eso, pero tenfo más 'feeling' con los hombres que con las mujeres". Respecto al amor, explica que su matrimonio fue muy bien: "Mi marido me quería muchísimo y se entregó totalmente a mí". No obstante, lamenta que desde que su marido murió le ha ido "bastante mal, fatal".

Desde el primer momento hay algo que a María José le ha dejado de piedra: "La mirada que tiene, y aunque esto está feo y no sé si se puede decir o no, se asemeja a la de mi marido muerto". La viuda asegura que esto le ha dado impresión. Por su parte, a Miguel Ángel le ha gustado "su cuerpo, su cara, su pelo y su físico" porque es muy similar a él. Aunque a ella le ha gustado que sea un hombre deportista, no le ha hecho gracia que no sepa bailar, y mucha menos gracia le ha hecho más tarde cuando le ha dicho "Necesiro aprender a bailar balsa" en lugar de salsa o bachata.

Miguel Ángel le ha contado que estaba divorciado, y que tenía dos amigas con las que sale y va al cine, pero que era solo eso, amigas, "sin ningún tipo de derecho". Sin embargo, esas amistades a María José no le han gustado nada, y es que según ha contado las últimas parejas se las habían 'quitado' unas amigas. Más tarde, en el fotomatón él le ha querido robar un beso, pero ella le ha negado. Para Miguel Ángel se estaba mostrando muy "fría y seria", y ella le ha contestado que era una mujer seria, pero que tenía "sus puntos". Por último, en el momento de la decisión final, ambos han querido darse otra oportunidad con una segunda cita.