Corría el año 1985 cuando España vivió un terremoto televisivo que se metió en el bolsillo a 18 millones de espectadores y que se convirtió en un verdadero fenómeno social: la telenovela Cristal.

La historia llevaba la firma de Venezuela, país que reinaba en las telenovelas en aquel entonces, y catapultó a la fama a sus jovencísimos protagonistas: Jeannette Rodríguez y Carlos Mata. Él ya era conocido por sus trabajos en otras novelas televisadas, pero ella, que sólo tenía 24 años, llegó a la cima de una manera meteórica y alcanzó el triunfo no sólo en su país natal, sino también en otros lugares como España o Estados Unidos.

Cristal, un fenómeno social en España

El éxito de Cristal fue tal que obligó a las productoras a crear nuevos productos con los mismos actores y semejantes argumentos. La Dama de Rosa fue una de las secuelas de aquella telenovela, al igual que Topacio. Ambas se emitieron en España poco después de Cristal y cosecharon buenos datos de audiencia aunque ninguna llegó a replicar el tremendo triunfo de la primera.

Jeannette Rodríguez se convirtió en toda una estrella e incluso disfrutó de su propio programa de televisión en España, Las noches de tal y tal, junto al desaparecido Jesús Gil.

Luis Alfredo y Cristal, interpretados por Carlos Mata y Jeannette Rodríguez.

Cristal, una historia de amor indestructible

"Mi vida eres tú y solamente tú". Así empezaba Cristal, con una melodía de Rudy La Scala, tema principal de la telenovela y que también se convirtió en un auténtico éxito. No había nadie que no se supiese la canción; de hecho, no sonaba otra cosa en las mediodías de aquella España de 1985.

Cristal se desarrollaba en el mundo de la alta sociedad y la moda venezolana. Jeannette Rodríguez daba vida a Cristina Espósito, una campesina convertida en modelo que se enamoraba Luis Alfredo, hijo de la dueña de la firma de moda para la que Cristal trabajaba. La pareja tenía que afrontar toda suerte de infortunios, conspiraciones y maldades para intentar salvar su amor, que siempre se mantuvo vivo frente a todos los intentos por destruirlo de los personajes más malvados.

Su vida parecía una telenovela tras muchos años de esfuerzo, dedicándose a formarse como en actriz en una conocida academia venezolana. Sin embargo, Jeannette Rodríguez ha admitido que no todo fueron buenos momentos en aquellos años, pese a que su existencia parecía ser de color de rosa.

De hecho, en una entrevista con una revista venezolana, la protagonista de Cristal reconocía que no siempre fue feliz y que hubo mucha gente que intentó aprovecharse de su éxito. "Más que en una diva, me convertí en un producto -decía la intérprete-. Fue difícil enterarme de cómo mis representantes me robaban y me estafaban. Todos querían comer del pastel".

La fama también le resultó complicada de manejar, especialmente en Estados Unidos y España, donde los paparazzi la acosaban día y noche, según explicó al periódico 'La Nación'. "Me sentía ahogada. Yo era bastante retraída, tímida y muy disciplinada -contaba Jeannette Rodríguez-. La notoriedad se me hizo difícil de llevar".

Qué ha sido de la protagonista de Cristal

Hoy, a sus 61 años, Jeannete Rodríguez vive sola en Miami con la única compañía de su perro y el recuerdo de aquellos días de éxito. La venezolana abandonó su país natal y se trasladó a Estados Unidos en 2010, coincidiendo con la crisis que vivió la televisión en Venezuela. En Miami echó raíces y, aunque sigue vinculada con el mundo artístico a través del teatro y la música, ya no goza del estatus de estrella que un día tuvo.

Sin embargo, asegura que ahora es mucho más feliz. "A nivel profesional he vivido muchos abusos, pero sigo viva y soy una persona sana y bienintencionada", destaca en 'Vanitatis'. Cuando mira atrás, intenta "perdonar" a los que "abusaron" de su carrera o a quien la decepcionó cuando más los necesitaba.

Jeannette Rodríguez, la inolvidable Cristal, en la actualidad.

Sobre su soledad, Jeannete Rodríguez, la inolvidable Cristal, afirma que es soltera por elección y que tampoco ha tenido hijos porque no los deseaba. "Llevo bien mi soledad. No le tengo miedo. Sé vivir con ella", admite, y sentencia: "No necesité casarme para realizarme; me puse tanto trajes de novia en las novelas que no tengo esa ilusión".