Dionisio baja a la Tierra en forma de mujer para enfrentarse ɑ El Suasenaguer, un policía que está empeñado en cerrar un bingo ilegal de barrio, donde se reúne cada tarde un grupo de mujeres no solo para jugar, sino también para compartir sus intimidades, sus penas, sus alegrías, y alguna que otra copita de anís. Servando, compañero de trabajo de El Suasenaguer, intentará disuadirlo de sus intenciones, mostrándole que en la vida a veces hay que ser más flexible y permisivo. Pero el joven y fanático policía, obsesionado con el cumplimiento de la ley, desoirá sus consejos, arrastrando a todos a un final trágico y espeluznante.

La Compañía

Ya desde su nombre Las Niñas de Cádiz rinde un homenaje explícito a las Puellae Gaditanae, aquellas famosas bailarinas y cantantes de Gades evocadas por Marcial, imprescindibles en cualquier fiesta que se preciase en el Imperio Romano.

A pesar de ser una compañía de reciente creación, la troupe lleva a sus espaldas una larga trayectoria teatral: desde los comienzos en grupos universitarios y los primeros trabajos profesionales, hasta los más de diez años como fundadoras y componentes de la compañía Chirigóticas.

Sus trabajos se caracterizan por la omnipresencia del humor como forma de entender e interpretar la vida y por la fusión de dos vetas artísticas: la llamada tradición culta literaria y la cultura popular, el folklore, el flamenco y el carnaval de su tierra.

Hasta la fecha, han presentado tres montajes: Cabaré a la gaditana, un espectáculo "directo a la yugular de la carcajada"; Lysístrata (2500 años no es nada), una traducción, en palabras de Javier Vallejo (El País), "del universo paródico y dionisiaco de Aristófanes al lenguaje festero andaluz y flamenco en un espectáculo risueño que conserva el pulso político de la comedia original"; y El viento es salvaje (Fedra y Medea en Cádiz), Premio MAX al Mejor Espectáculo Revelación de 2020, entre otros muchos reconocimientos.

Las Niñas de Cádiz son Teresa Quintero, Ana López Segovia, Rocío Segovia y Alejandra López.