La ópera está ambientada en la Roma de 1800. Mientras pinta un cuadro de La Madonna en la iglesia de Sant’Andrea della Valle, el pintor Mario Cavaradossi, amante de la celosa Tosca, accede a ayudar al prisionero político Angelotti en su fuga. El jefe de la policía, Scarpia, cuyos objetivos políticos ocultan un raro sadismo, se lanza a la persecución y pronto descubre la implicación de Cavaradossi. La única forma de lograr sus fines es utilizar a la bella Tosca, blanco de sus obsesiones. Cavaradossi es detenido. Scarpia cree por un instante poseer a la bella Tosca, justo antes de que ella le apuñale.