Con el autor acompañado por Rafa Xambó, Júlia Castells, Pep Carrasco y Manolo Gil.

Josep Chambó, ya en su madurez, intenta reencontrarse con el niño que un día fue. El escenario será la calle Mont, en Algemesí, donde vivió su infancia. Su calle era su mundo, su barrio, su razón de ser, su vida: amor, amistades, afectos, para siempre. "Longe huido quisques sudos huido", decía Petroni. "Huy lejos cualquiera que huye de los suyos". Calle donde los hombres pensaban que eran ellos los que tiraban del carro y, en realidad, eran ellas las que tiraban del ramal: María la navajita, Amparo la Tiberia, Ximeta Sara, la tía Amparito la del horno, la tía María la de los jerséis, la tía Felicidad… porque las mujeres estaban las grandes protagonistas.

La sonrisa de Heráclito nos invita a hacer esta introspección porque, como dice el autor, "si no te comprendes a ti mismo, no puedes comprender a los demás", a la vez que expresa su admiración por Virgilio al decir "Feliz quien sometió todos los miedos".

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