Kiwa-Quart no pudo con Montserrat en la final de galotxa

"El Moro" notó la inactividad y la entrada de "El Puma" llegó un poco tarde

Autoridades y los dos equipos que se enfrentaron en la final.

Autoridades y los dos equipos que se enfrentaron en la final. / Fedpival

Paco Durà

El Lanzadera Montserrat (Óscar, Javier, Carlos y Añó de feridor) ganó la final del Trofeo El Corte Inglés de galotxa que le enfrentó al Kiwa-Quart (El Moro, Pepet, Héctor II -Carlos El Puma- y el feridor Nervis) por un resultado de 70-40.

Para combatir el favoritismo del rival, los de Quart de les Valls apelaron a El Moro, pero su larga inactividad por una grave lesión en el brazo le pasó factura al impedirle rendir, "porque aún no estoy al nivel que exige una final como esta frente a un gran equipo que nos superó", reconocía a la conclusión de la partida. "Espero poder prepararme mejor para la próxima, pues las piernas no responden acorde a la exigencia", añadía.

Cambios

En una final que disputaba en casa, Montserrat tuvo la situación dominada desde el principio, lo que le llevó a poner un marcador de 55-20. En ese punto, el Kiwa cambió a Héctor II para dar entrada a Carlos El Puma, al tiempo que El Moro pasaba a jugar de punter. Estas modificaciones cambiaron la prtida y los de Quart se hicieron con cuatro juegos consecutivos, porque el recién incorporado defendía el bot con acierto y El Moro remataba los quinzes.

Equipos durante la presentación de las finales.

Equipos durante la presentación de las finales. / Fedpival

La reacción hizo bajar el soufle del entusiasmo en la afición local, que temía por una posible, aunque muy difícil remontada de los de Quart con 55-40 y al bot. Pero, los de Montserrat, con toda a su favor, devolvieron la calma a las repletas galerías, al conseguir parar a los visitantes. Ya con 60-40 se acabó la reacción, porque Montserrat se vino arriba y ya no titubeó hacia la victoria, la séptima en el Trofeo El Corte Inglés de primera.

Lamentaciones

En las filas del Kiwa-Quart, mientras, se lamentaban por no haber hecho antes los cambios, que fueron buenos pero tardíos. En cualquier caso, el equipo dio la cara y nunca tiró la toalla, pese al desequilibrio en el marcador. El Moro lo dio todo, pero no fue suficiente y Montserrat demostró su favoritismo, con un equipo compuesto por cuatro jugadores jóvenes que llevan tiempo juntos y se crecen en su cancha. El más veterano, Añó, también fue determinante porque solo él 'se comió' media partida.