El monasterio de Gilet salva de la putrefacción sus archivos del siglo XVIII

Sant Esperit recupera patrimonio archivístico anterior a la desamortización de Mendizábal en estado de putrefacción

Uno de los documentos recuperados

Uno de los documentos recuperados / LEVANTE-EMV

Marián Romero Torres

Marián Romero Torres

El Monasterio de Sant Esperit de Gilet está rescatando un importante fondo documental que salvó de su biblioteca tras la Desamortización de Mendizábal, en 1836. Se trata de un patrimonio bibliográfico con mucha historia, pero que está en horas bajas, dado su lamentable estado, ya que algunos de los documentos presentan signos evidentes de putrefacción.

Ahora, gracias a la colaboración del Ministerio de Cultura, a través de la línea de Ayudas a entidades privadas sin ánimo de lucro para el desarrollo de proyectos archivísticos, se está restaurando buena parte de este legado documental, con una inversión de 5.651,91 euros, de los que el 70 % son sufragados por la administración central y el resto por la Provincia Franciscana de la Inmaculada.

Este riguroso trabajo lo realiza la empresa Valencia Restaura, que espera finalizarlo el próximo otoño, después de casi 12 meses de concienzuda restauración. Entre los documentos en los que se está actuando cabe destacar el Libro manuscrito de patentes (1763-1835), que recoge todos los cargos que han pasado por el monasterio: personas que lo han custodiado, cronistas de la época, guardianes y los cometidos de todos.

A esto se suma las Indulgencias concedidas a la Imagen de Nuestra Señora de Gracia por el arzobispo de València, Andrés Mayoral Alonso de Mella, de 1766, además de documentos sobre propiedades, planos como el del cementerio (1809) o el Libro manuscrito de Elección de Guardianes 1767-1833, entre otros escritos de interés que ponen de manifiesto como funcionaba el monasterio, así como cuestiones sobre su propiedad, tierras...

Planos del cementerio

Planos del cementerio / LEVANTE-EMV

La Desamortización de Mendizábal mutiló buena parte del patrimonio bibliográfico de Sant Esperit, como también hizo la Guerra Civil, pero, dentro de la pérdida, el robo y la venta de muchos documentos, los frailes de aquella época pusieron a salvo parte de este legado, encargando su custodia a conocidos y familiares, que lo hicieron de manera fiel y honrada durante 43 años para preservar la historia de este monasterio, fundado por la reina María de Luna en 1402. En 1978, buena parte de este archivo retornó a manos de la orden de los franciscanos.

Indulgencias

Indulgencias / LEVANTE-EMV

Del resto del archivo bibliográfico, la gran mayoría fue trasladado primero a la Delegación de Hacienda de València, para proceder a la venta de los bienes que se habían expropiado a las órdenes religiosas con la desamortización. Tras dar por finalizada esa venta, se depositó en 1904 en el Archivo del Reino, donde hoy en día se conserva información relativa a 20 conventos franciscanos, entre ellos los de Gilet, Sagunt, Gandia o Xátiva.

Sobre el fondo bibliográfico de Sant Esperit muy poco se sabe. Sí se conoce alguna referencia en el libro de Miguel C. Muñoz Feliu Bibliotecas y desamortización: el nacimiento de las bibliotecas pública, provinciales y universitarias de España, tal y como recoge en su estudio el actual bibliotecario del monasterio, Alberto Marín, doctor en Historia Contemporánea por la Universitat de València y técnico del Archivo de la Catedral.

Según Marín, el libro de Muñoz Feliu Allí describe que durante el proceso desamortizador, la biblioteca de Sant Esperit contaba con 958 ejemplares. Buena parte de estos libros fue llevada al Convento del Temple en 1836. Trasladados en carro hasta allí llegaron 972 volúmenes y 5 legajos. Muchos de esos libros fueron llevados posteriormente a la Universitat de València, donde permanecen siete libros del monasterio.

Restauración por fases

La recuperación de este legado se lleva a cabo por fases. Hace meses, la orden franciscana alertó del deterioro de su patrimonio archivístico y decidió iniciar, con fondos propios, la restauración de algunos documentos. El alto coste llevó a solicitar una vía de financiación alternativa, que dio paso a una segunda fase, que es la actual.

Sin embargo, desde el Monasterio de Sant Esperit de Gilet quieren continuar el cometido con documentos más modernos, que requieren de actuación y que son posteriores a la desamortización, pero de gran valor para la orden y para este fondo documental, aunque para ello, esperan poder contra con una nueva línea de ayudas, ya que, de no ser así, lo ven inviable.