La sed insaciable de los chalés en Xàbia: gastan hasta 4.000 litros de agua al día

El consumo de agua sube un 20 % respecto a otros años y este miércoles la planta desalinizadora ya funcionaba a pleno rendimiento

El municipio es una isla en cuanto a reservas hídricas: está en situación de alerta y no ha entrado, como el resto de la Marina Alta, en emergencia

Urge, eso sí, ahorrar agua tras dispararse el consumo por el riego de jardines y el llenado de piscinas

Modelo urbanístico en Xàbia: chalés con jardín y piscina y urbanizaciones de apartamentos

Modelo urbanístico en Xàbia: chalés con jardín y piscina y urbanizaciones de apartamentos / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Xàbia es un oasis o una isla. Afronta con "tranquilidad" el verano de la extrema sequía y del fantasma de las restricciones de agua. La desalinizadora, que este miércoles ha funcionado ya a pleno rendimiento (sus cuatro bastidores en marcha producen al día 28.000 metros cúbicos de excelente agua potable), es un manantial que no se agota. El municipio está desde el pasado mes de abril en situación de "alerta" por escasez de agua. Mientras, el sistema hídrico de la Marina Alta se halla en "emergencia". La escala es de "normalidad", "prealerta", "alerta" y "emergencia".

Además, Amjasa, la empresa municipal de suministro, también cuenta con cinco pozos en el término municipal de Pedreguer, pozos que no se han sobreexplotado y mantienen buenos niveles. Xàbia bebe de dos "fuentes", la del agua subterránea y la del agua desalada. Y las equilibra para evitar castigar el acuífero.

Pero la "tranquilidad" no significa cruzarse de brazos. El Observatorio del Agua de Xàbia se reunió ayer en la planta desaladora. El gerente de Amjasa, Josep Lluís Henarejos, lanzó dos mensajes. El primero, que incluso en el escenario de que el municipio entrara en emergencia en agosto ya sería el final del verano y se podría salvar la temporada turística sin problemas. El segundo mensaje es el que dibuja más nubarrones (y ojalá fueran nubarrones de verdad, de lluvia). El consumo de agua se ha disparado. Ha aumentado un 20 % en junio respecto al pasado año. En plena sequía, los vecinos de Xàbia están gastando agua a manta. Hay que matizar, claro. La cosa va por barrios.

Y lo de los barrios está bien dicho. En Thiviers, el gran barrio trabajador de Xàbia, cada hogar consume entre 300 y 400 litros de agua. Es lo normal. El gasto medio estimado por persona en España está en 133 litros al día. Pero donde se gasta agua por un tubo es en las urbanizaciones de chalés con jardín y piscina (la falda del Montgó, el Tossalet, el Portitxol...). Se dan picos de 4.000 litros al día. Mientras que en los pisos el momento álgido de consumo es entre las 8 y las 9 de la mañana (la hora de la ducha), en los chalés cuando más se gasta es por las noches: los aspersores de los jardines disparan agua sin tregua.

Observatorio del agua: el gerente de Amjasa señala los datos de consumo, que la alcaldesa, Rosa Cardona, observa atentamente

Observatorio del agua: el gerente de Amjasa señala los datos de consumo, que la alcaldesa, Rosa Cardona, observa atentamente / A. P. F.

El gerente de Amjasa sostuvo que a los vecinos se les puede pedir que hagan gestos diarios de ahorro de agua (cerrar el grifo mientras se lavan los dientes, por ejemplo), pero la medida realmente efectiva para bajar los consumos un 10 % (el objetivo deseable para ir desahogados este verano) es la de cerrar un poco el grifo en los chalés. Los datos no dejan dudas: en Xàbia el agua se derrocha regando jardines y llenando piscinas (hay 12.000 piscinas privadas).

Bajar los consumos de los chalés

"Esa es la realidad que tenemos. Si podemos bajar los consumos de esos abonados que gastan más agua, nos va a rentar mucho. Xàbia sería un ejemplo de eficiencia hídrica", dijo Henarejos.

Así las cosas, urge concienciar a los abonados a los que no les duele pagar un dineral de agua. Deben reprogramar riegos, utilizar sistemas de sensorización de humedad para no enchufar todas las noches los aspersores y hacerse a la idea de que no es preciso que sus jardines tengan una lujuriosa vegetación. También deben ser conscientes de que, en plena sequía y emergencia climática, eso de regar sin moderación es una barbaridad.