Xàbia cierra por sentencia judicial un bar de la Granadella

Los actuales responsables del negocio están haciendo gestiones para tratar de reabrir y no perder el verano

Bañistas de la Granadella esperan el "trenet" ante el local que está cerrado en este inicio de la temporada turística

Bañistas de la Granadella esperan el "trenet" ante el local que está cerrado en este inicio de la temporada turística / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Los viejos conflictos en la cala de la Granadella de Xàbia pasan factura en verano. El ayuntamiento ha cerrado un bar a pie de playa que, reformado (desenfadado y mediterráneo estilo Xàbia) y con nuevos responsables, se había convertido en uno de los negocios de moda en las últimas temporadas turísticas.

El consistorio ordena estos cierres a regañadientes. Lo hace cuando ya no le queda más remedio, ya que los juzgados aprietan y los alcaldes (antes el socialista José Chulvi y ahora la popular Rosa Cardona) se ven entre la espada y la pared. Fuentes municipales han confirmado a este diario que los actuales gerentes de este bar (la Bandideta) no se resignan y están haciendo gestiones para reinventarse y reabrir sin servicio de cocina. Sería una forma de medio salvar el verano.

Estos conflictos (el de la Bandideta, antes bar Llebeig, y el de otro negocio de hostelería de la Granadella, el Rosita) vienen de antiguo. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana dictó sentencia y obligaba al consistorio a ordenar el cierre. El exconcejal de Urbanismo de Xàbia Vicent Ortolá pleiteó contra el Llebeig, el Rosita y contra el propio ayuntamiento. Ganó los litigios. Además, no se admitieron los recursos de casación que el consistorio y los dueños de estos negocios presentaron ante el Supremo.

Infracciones urbanísticas

El Llebeig abrió en 1986. Tenía licencia. Uno de sus fuertes es la terraza bajo los frondosos pinos. Su antiguo dueño realizó, según se indicaba en la sentencia del TSJ, obras e incluso un desmonte ilegales. Sobre este local, penden tres expedientes de infracción urbanística, dos datados en 2003 y un tercero de 2020 (se colocó sin permiso una escalera metálica, un tanque de gas y un vallado también metálico). Además, no se comunicó el cambio de titularidad del negocio. El propietario lo alquiló y los nuevos responsables abrieron La Bandideta. Ahora los gerentes de este local de moda están buscando la vía para poder reabrir cuanto antes y evitar un verano en blanco.

La paradisiaca Granadella también esconde un infierno de malos rollos y denuncias.