OPINIÓN

Situación crítica en el departamento de salud de Dénia

El SIMAP hace el diagnóstico de la sanidad en la Marina Alta: la plantilla laboral está exhausta, los médicos se van y el verano será crítico, sobre todo en las urgencias del hospital

Imagen de archivo de una protesta en la puerta de Urgencias del hospital de Dénia

Imagen de archivo de una protesta en la puerta de Urgencias del hospital de Dénia / A. P. F.

SIMAP (Sindicato de facultativos y profesionales de sanidad pública de la Comunitat Valenciana)

Durante la campaña electoral, recibimos de los políticos todo tipo de promesas de equiparación de condiciones entre laborales y estatutarios. Nos decían que nuestro convenio estaba desfasado y que no servía. Con el cambio de gobierno autonómico, surgieron dudas que minaron la moral de una plantilla harta de mantener las condiciones laborales de 2014, lo que provocó un éxodo continuo. Los primeros en irse fueron los que podían elegir: médicos y personal de enfermería. Las dudas sobre la reversión también contribuyeron a retrasar la solución de un problema que venían de lejos, ya que Marina Salud podía continuar.

Una vez conseguida por fin la reversión, volvió a girar la noria. Nadie en Valencia se acordaba de la mejora de condiciones laborales de la triste plantilla del departamento de Dénia. El nuevo gobierno valenciano ni retira la demanda ni acuerda mejoras, mientras el tiempo sigue corriendo. Para ahondar en el dolor, las nuevas incorporaciones (siempre bienvenidas) gozan de mejores condiciones que los fijos a extinguir, lo que genera disfunciones importantes. Con este panorama, el deterioro de la plantilla es tal que ni el mejor gerente, director o jefe puede detenerlo. Actualmente, solo resisten las áreas quirúrgicas (no todas), anestesia y atención primaria. Aun así, desde enero no ha habido desde la administración ningún gesto que haya mejorado, ni siquiera igualado, las condiciones anteriores a la reversión, hasta hace escasos días. Ahora se han iniciado los primeros pasos con gran timidez.

El examen final del verano se acerca y no hay forma de engañarlo. La angustiosa situación de Urgencias y el miedo de Valencia a ser señalado han permitido conseguir una nominación de área de difícil cobertura, solicitada desde el comité de empresa y la junta de personal, pero no nos engañemos; esta es una maniobra que solo servirá a medio y largo plazo. A corto plazo, los mermados y castigados laborales tendrán que sacar las castañas del fuego. El daño para este verano es irreparable; solo podremos poner parches. Urge que el Conseller se ocupe de una vez por todas de este departamento, deje de dudar y aplique soluciones inmediatas destinadas a mejorar a la plantilla laboral. Resulta más fácil retener talento que incorporarlo nuevo, por ahí debe iniciar la aplicación de la difícil cobertura. 

Le doy dos ideas para empezar: retire con urgencia la demanda del convenio colectivo y deje que se publique de una vez por todas. Dos, aplique ya las condiciones pedidas por el comité de empresa, que son prácticamente las mismas que ha concedido al departamento de Torrevieja. Después, piense en otras medidas de mayor calado destinadas a la convergencia entre laborales y estatutarios, y que necesariamente habrá que incluir en los presupuestos de gobierno de 2025, que ya están a la vuelta del verano. De lo contrario, el año que viene serán los alcaldes quienes solicitarán la declaración de zona catastrófica para el departamento de salud de Dénia.