Medidas contra la masificación: el "trenet" de la Granadella de Xàbia ya se abre paso entre los coches

Los bañistas, encantados con la puesta en marcha del transporte público en una de las calas valencianas con más tirón

Siguen formándose atascos de coches en la barrera que evita el colapso de tráfico en este litoral

El "trenet" de la Granadella

El "trenet" de la Granadella / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El "trenet" ya se abre paso entre los coches. El primer fin de semana de puesta en marcha del tren turístico de la cala de la Granadella ha confirmado que se echaba mucho en falta el transporte público. El "trenet" bajaba y subía lleno. Los turistas les encanta el culebreo del vagón por la pintoresca carretera entre pinos que lleva a esta cala de Xàbia, una de las de más tirón de la Comunitat Valenciana. El viaje de ida y vuelta vale 5 euros. Es un chollo. Aparcar en el punto de salida del "trenet" evita meterse con el coche (si los bañistas se dan el madrugón y todavía encuentran la barrera abierta) en ese vial llamado Pic Tort, el zigzag de salida de la Granadella, donde estacionar cuesta 9 euros al día. No hay discusión. El "trenet" es la mejor manera de llegar a la cala.

Sin embargo, todavía hay bañistas que no saben que existe esta alternativa de transporte público. De nuevo se han formado este fin de semana atascos en la barrera que está en el inicio de la carretera que baja a la Granadella. Los vigilantes explican a los conductores que allá abajo no hay sitio para aparcar y que deben dar la vuelta. Pero, mientras explican (también informan de que pueden coger el "trenet"), los coches van llegando y se hace tapón. También ha ocurrido ya este fin de semana que los bañistas aparcan y colapsan las calles residenciales próximas. Se les ve bajar (y luego subir, que es todavía más penoso) cargados con neveras, sombrillas, hamacas y hasta tablas de paddle surf y kayaks.

El "trenet" empieza a hacer camino. Es cómodo, pintoresco y palia la masificación de coches.

Madrugón y boda

El primer fin de semana de gran afluencia a las calas ha seguido el patrón de siempre. El sábado, madrugón. A primerísima hora (sobre las 9 de la mañana), ya no había sitio para aparcar en la Barraca (Portitxol) y la Granadella. Quienes remolonean un poco ya se encuentran la barrera bajada. El domingo ya no es día de tanto madrugar. Este pasado la barrera se bajó sobre las 10 horas.

Y luego hay muchas variables curiosas. En la Barraca, por ejemplo, este sábado se notó que en uno de los dos bares había una boda y estaba cerrado para el público en general. Los invitados bajaron en minibuses. Eso significó menos presión de coches.