Sesenta años y cuatro generaciones: El restaurante Bona Platja es familia e historia de Dénia

“Los hijos y nietos de los primeros clientes siguen viniendo; han crecido con nosotros, se sienten como en casa y eso también es nuestra esencia”

Verónica y su hija Yannina, tercera y cuarta generación de Bona Platja

Verónica y su hija Yannina, tercera y cuarta generación de Bona Platja / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Sesenta años y cuatro generaciones. Eso es una proeza. Cada año salen de las escuelas de hostelería excelentes profesionales. No hay duda. Pero esa sonrisa… Esa sonrisa es la de la hospitalidad verdadera. Yannina ilumina el restaurante Bona Platja. Ella es la cuarta generación de una familia que forma parte de la historia de la gastronomía de Dénia. Este restaurante es patrimonio de la hostelería familiar y con esencia. La familia Barber lo ha defendido contra viento y marea. Y es literal: los temporales lo han destrozado dos veces. Seis décadas es un periplo extraordinario y más hoy, cuando la hostelería pierde identidad y los negocios no tienen tiempo de echar raíces.

Bona Platja lo fundaron el matrimonio de Jean Pierre Barber Ausina y Maruja Mata Cuello. Ya habían regentado un bar en Argelia (aquellos años fueron de mucha emigración de la Marina Alta a ese país). Cuando regresaron a Dénia, abrieron junto a Juan Fluxá y su esposa Pepita un restaurante que, en ese momento, era el último del litoral de les Marines. “Acababa aquí la carretera. Llegaba el autobús y daba la vuelta”, rememora Eric Barber. Eric y Michel son los hijos de los fundadores. Ahora está al frente del restaurante Verónica, la nieta de aquel valiente matrimonio que, como otros pioneros de la gastronomía, puso a Dénia en el mapa del turismo amable y familiar. “Los hijos y nietos de aquellos primeros clientes que eran amigos de mis abuelos siguen viniendo. Han crecido con nosotros. Que aquí se sientan como en casa es también nuestra esencia”, destaca Verónica.

Postal de los primeros años del restaurante Bona Platja

Postal de los primeros años del restaurante Bona Platja / Levante-EMV

Este restaurante encarna la cultura gastronómica de “menjar-se el millor arrosset en la platja”. Maruja Mata era una excelente cocinera. También tenía muchísima mano para dar el toque justo a los pescados frescos. Su marido los pescaba en su barca. Eric recuerda que en aquellos años la costa de Dénia era un caladero impresionante. “Mi madre era muy buena en la cocina y mi padre era un fenómeno en la sala. Hacía amistad con los clientes. Tenía muchísimo carisma”.

El paraíso de les Marines

Les Marines era y es un paraíso. En aquellos primeros años había una gran franja de playa virgen. El mar, eso sí, se echaba encima del restaurante. “Mi abuelo traía camiones de arena de Oliva para ganar metros de playa delante de la terraza”, señala Verónica, que todavía se sobrecoge al recordar que las olas de los temporales llegaron a entrar por las puertas de la terraza y a salir por la cocina.

Los primeros años del restaurante de primera línea de la playa de les Marines

Los primeros años del restaurante de primera línea de la playa de les Marines / Levante-EMV

“Me he criado aquí. Empecé a trabajar con 14 años vendiendo helados”, advierte esta mujer que es la tercera generación del Bona Platja y cuya hija, Yannina, ha heredado esa amabilidad de la familia Barber que hace que quien entre por la puerta de este restaurante perciba de inmediato que aquí hay una historia de pasión por la gastronomía que hace feliz a los comensales.

“La decoración del restaurante la hemos ido cambiando (la última vez el pasado mes de octubre), pero queremos que sea reconocible y mantenga la tradición de lo que es el Bona Platja”, explica Verónica. Y sí, el restaurante es luz y Mediterráneo. Las fotografías, las del llaüt bogador y las antiguas del restaurante, remiten también al fuerte vínculo que este negocio siempre ha mantenido con Dénia (con las fiestas, el remo o el fútbol). Y lo mismo ocurre con la cocina. Maruja hizo escuela. Sus sabores perduran. Se van renovando, pero sin perder ni un ápice de esencia. Aquí saben elaborar excelentes arroces y sabrosísimos pescados. También innovan y ahora han añadido un espacio de sushi.

El llaüt y los remeros del Bona Platja. El restaurante siempre ha estado muy vinculado con la vida de Dénia

El llaüt y los remeros del Bona Platja. El restaurante siempre ha estado muy vinculado con la vida de Dénia / A. P. F.

Bona Platja es la próxima parada (el 30 de mayo) de ese extraordinario homenaje que rinden Els Magazinos y Cerveza Turia a las familias de la gastronomía que llevan 30 años o más en la brecha. Casa Meua és Casa Teua”, ciclo que ensalza la generosidad de las sagas de la hostelería de la Marina Alta, llega a este mítico negocio de la playa de les Marines. El menú habla bien a las claras de esa cocina auténtica y de producto que mantiene el sabor de siempre y evoluciona con nuevas técnicas. Se servirán, entre otros platos, pulpo seco con aceite de ajo negro y aire de espencat, empanadilla de rossejat con setas y pato, encocado gratinado de erizo y gamba roja con alga codium o espejo de sandia especiada con atún y crocante de pera. Gastronomía de raíz, de mar e imaginativa. Bona Platja es un paraíso. Verónica y Yannina iluminan un restaurante imprescindible en la gran historia de la gastronomía de Dénia y la Marina Alta.