«Este premio se lo dedico a mis padres. En realidad, es de ellos, porque me transmitieron la perseverancia y dedicación que son imprescindibles para un músico». Pasqual Salort Aguilar, dolçainer de El Verger y profesor de este instrumento en el Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de València, está en racha. En octubre recogió en Viena el segundo premio del certamen internacional de composición «Classic Pure Vienna». Este lunes, día internacional de la música, recibió en València el primer premio del concurso de composición para Colla de Dolçaina i Percussió que convoca la Federació de Folklore de la Comunitat Valenciana.

Salort se está revelando como un compositor de primera. «Como intérprete siempre quedaba en los certámenes segundo, pero ahora, como compositor, he ganado este concurso. La verdad es que estoy muy contento», declaró ayer el músico.

El dolçainer sabe trasladar a la partitura la tradición y se atreve también a innovar. La obra con la que ha logrado este último galardón se inspira en la rondalla de Enric Valor «El castell del sol». «La mujer es protagonista y es una de las razones por las que elegí esta rondalla tradicional. Introduzco la voz en off y la composición está muy influida por las bandas sonoras cinematográficas». Salort está deseando que se estrene y escucharla. Es una partitura valiente. La narración literaria se mezcla con el ritmo vibrante del cine.

El intérprete de El Verger está viviendo un momento dulce. Y, claro, es inevitable que mire atrás y valore más que nunca su trayectoria en la música. «Empecé un día de Santa Cecilia de hace ahora justo 40 años. Tenía 4 años y era el ‘paperer’ (llevaba las partituras) de la banda de mi pueblo. Ese día le entregué un ramo de flores a la concejala de Cultura. Silbaba los pasodobles al lado del abanderado, Màximo».

«Sí, ha llovido mucho. Y lo que tengo muy claro es que este premio es también de mis padres, Rosario y Mateu Salort Rovira. Gracias a ellos, ahora disfruto de esta maravillosa profesión», afirma el músico.