Levante UD

La afición granota nunca tirará la toalla

El club, en casi una semana de campaña, ha conseguido 5.000 abonados para la próxima temporada y marca la misma tendencia que el curso anterior

El público anima al equipo desde las gradas del Ciutat de València. | J.M. LÓPEZ

El público anima al equipo desde las gradas del Ciutat de València. | J.M. LÓPEZ

Rafa Esteve

La tercera temporada consecutiva del Levante en Segunda División no merma el espíritu de la gente en el Ciutat de València. Orriols, independientemente de la circunstancia vital, siempre será un lugar de culto, un escenario de carácter emocional donde sus asistentes descargarán sus sentimientos y los días de partido concentrarán las ilusiones de unos seguidores que tienen un deseo en común: subir a Primera División. No son tiempos de bonanza en el coliseo levantinista. Ni en lo deportivo ni dentro de parámetros económicos, aunque el plan de viabilidad de Danvila esté dando pasos hacia adelante con firmeza. No obstante, poco le importa a una afición levantinista cuyo amor por el Levante es indiferente a la categoría en la que milite. Al contexto en el que se encuentre. La prueba reside en la presente campaña de abonos, que además de tener un buen feedback entre la sociedad, por su intención de ‘granotizar’ los distintos barrios de València, al igual que sus municipuos, está contando con una respuesta positiva.

El club informó que más de 5.000 personas han renovado o dado de alta su abono. Después de que el Consejo de Administración decidiese congelar los precios de la campaña anterior, la entidad levantinista recibió una contestación muy positiva tras un primer día donde 1.000 se alistaron en las filas granotas para la 24/25. Tras arrancar la tanda de altas y renovaciones de manera presencial el pasado lunes, el Levante comunicó, 6 días después de dar pistoletazo de salida a su campaña de abonos, que ya tiene garantizados más de 5.000 fieles en sus gradas, siendo el inicio de un verano donde el levantinismo busca renovar ilusiones, limpiar los males del pasado y atacar el ascenso a Primera División con más fuerza que nunca. Esto es solo el comienzo.

La temporada 23/24 no estuvo a la altura de las expectativas. Los vaivenes deportivos, sumados a los fantasmas producidos por el penalti de Villalibre, marcaron un curso futbolístico en el que el equipo, primero con Javi Calleja, y después con Felipe Miñambres, se quedó fuera de la promoción de ascenso a Primera División por una diferencia de cinco puntos. Los motivos para transmitir rechazo fueron notorios, pero Orriols desconoce lo que es tirar la toalla. De hecho, la campaña de abonos de la 23/24, marcada en su máxima expresión por el cruel, doloroso y trágico desenlace de la 22/23, tuvo un arranque idéntico a la actual: en una semana, 5.000 siguieron acompañando a su equipo en forma de renovación o alta. Ante la adveridad, el Ciutat se crece. Y en tiempos de debilidad la afición saca músculo con tal de devolver al Levante a donde se merece. n