Reunión en Washington

Ucrania, Biden, Trump, Europa... Claves de una cumbre de la OTAN marcada por incertidumbre y ansiedad

En el núcleo de la agenda se mantiene Ucrania, que podrá marcharse con el compromiso de una ayuda económica y militar de unos 43.000 millones de dólares anuales

Joe Biden y Volodímir Zelenski, en Lituania, en 2023.

Joe Biden y Volodímir Zelenski, en Lituania, en 2023. / EFE

Idoya Noain

La cumbre de la OTAN que arranca este martes en Washington llevaba más de un año siendo planificada como un momento de celebración. Es la que marca los 75 años de la Alianza Atlántica, llegaba en un momento en que ese pacto de defensa se ha mostrado ampliado hasta los 32 miembros y con una unidad reforzada para apoyar a Ucrania frente a la guerra de invasión lanzada por Rusia. Además, para el líder del país anfitrión, Joe Biden, representaba la oportunidad de contrastar su política internacional con la de su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, Donald Trump, el republicano que tanto durante su mandato como con su propuesta para un potencial retorno al poder ha sembrado con su política populista y nacionalista dudas sobre su compromiso trasatlántico.

En lugar de celebración, lo que domina en el arranque del cónclave son incertidumbres y ansiedades. En el núcleo de la agenda se mantiene Ucrania pero las dudas disparadas sobre la capacidad física y mental de Biden tras su desastroso debate con Trump y la irresuelto discusión sobre la continuidad de su candidatura han tomado un papel tan central como indeseado.

Y aunque en las legislativas en Francia se ha frenado la llegada al gobierno de la extrema derecha, los resultados del partido de Marine Le Pen son la última muestra del avance del populismo nacionalista de extrema derecha también en Europa.

Estas son seis claves de esta cumbre.

1. Ucrania

Kiev llega con la certeza de que no obtendrá tampoco en esta ocasión su ansiada membresía pero al menos sabe que varios países, incluyendo Estados Unidos y Alemania, quieren establecer la idea de que haya un “puente” hacia esa membresía y que otros países europeos están presionando para que en el comunicado final se incluya la idea de que el camino hacia una integración en la OTAN es “irreversible”.

Volodímir Zelenski, que el jueves mantendrá una bilateral con Biden , podrá marcharse con el compromiso de más ayuda económica y militar; concretamente, unos 43.000 millones de dólares anuales, que quedan lejos de los 100.000 que algunos quisieron comprometer.

En un acto este lunes en el Pentágono Jens Stoltenberg, el secretario saliente de la Alianza (al que el 1 de octubre sustituirá Mark Rutte), anunciaba que se van a tomar “decisiones para reforzar más” el apoyo a UcraniaLa Casa Blanca también adelantaba que habrá “anuncios sobre defensa aérea, sobre capacidades disuasorias y sobre la base industrial de defensa”.

La cumbre puede servir también para acometer lo que algunos han estado denominando como un “blindaje” de la OTAN, y de la ayuda a Ucrania, frente al posible retorno de Trump. Ese plan pasa por “institucionalizar” la ayuda a Ucrania para que no dependa de EEUU, en caso de que el republicano volviera a la Casa Blanca y quisiera frenarla o retirala, y poner bajo control parcial de la OTAN el trabajo del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, que hasta ahora lideraba EEUU, para asegurar el flujo constante de armas.

2. Biden

Para Biden la cumbre va mucho más allá de la política exterior. A la debacle del debate le siguieron días de exposición de las preocupaciones sobre su estado, que han incluido declaraciones anónimas de funcionarios y diplomáticos europeos que aseguran que han visto con preocupación y hasta "shock" su deterioro en el último año.

Todos los ojos están puestos en ver cómo se desempeña y es un foco que él mismo instaba a poner sobre él el viernes en su entrevista con ABC News. Bajo la lupa estarán los actos públicos, incluyendo el de este martes por la noche en el Mellon Auditorium, donde se firmó el tratado original el 4 de abril de 1949. También estarán sus reuniones y bilaterales (además de con Zelenski se ha anunciado una con el flamante primer ministro británico, Keir Starmer). Y estará y en la rueda de prensa que ofrecerá el jueves, la primera que da en solitario este año (y solo la decimocuarta de toda su presidencia).

“El tema de su edad se ha vuelto una preocupación importante, una distracción de otros temas reales”, le decía una fuente diplomática a ‘The Guardian’. Un exalto cargo de la OTAN, también desde el anonimato, decía a ‘The Washington Post’ que aunque los otros 31 líderes de países miembros “no quieren hacerlo parte de la conversación por respeto a Biden”, el tema de su edad y su estado “está en la mente de todo el mundo”. Y también una fuente de la propia Administración explicaba a un columnista del rotativo de la capital que la cumbre “ha pasado de ser un espectáculo orquestado a una de las reuniones con más ansiedad en tiempos modernos”.

3. Trump

La mirada a Biden es, también, una mirada a la posibilidad de que Trump vuelva a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre, una opción que ya hace tiempo que consideran los aliados de la OTAN. Y a los miedos que ya desató su primer mandato se le suman los de que, en caso de volver, decidiera reducir sus compromisos con la Alianza o directamente optara por abandonarla.

Esos temores, o preparativos, se han incrementado en meses recientes, como cuando en febrero dijo e un mitin que “animaría (a Rusia) a hacer lo que le de la gana” con países que no cumplen el compromiso de destinar el 2% de su PIB a defensa.

Además de ideas como el “blindaje-Trump” para garantizar que se mantuviera la ayuda en casos concretos como el de Ucrania hay voces que interpretan que habría que adaptarse ante el retorno del republicano a la Casa Blanca. En la última conferencia de Munich Rutte, el próximo secretario general, decía: “Tenemos que dejar de lamentarnos y quejarnos sobre Trump. No soy estadounidense. No puedo votar en las elecciones de EEUU. Tenemos que trabajar con quien sea que esté en la pista de baile”. 

Camille Grand, que ocupó un alto cargo en la OTAN y ahora está en el Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, también ha valorado que los líderes de la Alianza deben estar preparados para “defender Europa con menos EEUU”. “Dejando de lado el resultado de las elecciones presidenciales de EEUU este año y la necesidad de blindaje ante Trump hay una tendencia profunda y fundamental en la política de seguridad de EEUU que sugiere que Europa tendrá que hacerse menos dependiente del apoyo de EEUU para su seguridad”, ha dicho. Y lo cierto es que incluso con Biden en la Casa Blanca, el control republicano de una cámara del Congreso dejó durante meses en el limbo la ayuda a Kiev.

4. Europa

Europa llega a la cumbre con sus propias ansiedades e incertidumbres. Ninguna es más acentuada que la de Francia, donde aunque se ha frenado la llegada de la extrema derecha al gobierno también se ha confirmado su avance y donde la necesaria coalición entre la izquierda y el centro hará que haya que incluir en el gobierno a progresistas que rechazan, por ejemplo, mantener la ayuda militar de Francia a países como Israel mientras sigue librando su guerra contra Hamás en Gaza.

La extrema derecha ha logrado también avances en Alemania y en la OTAN hay miembros mucho más reticentes a la ampliación o al duelo con Rusia, como Turquía y Hungría. El presidente húngaro llega a Washington justo después de realizar dos visitas a Rusia y a China que han levantado ampollas en Europa y en la OTAN.

5. China

De la cumbre se puede esperar también un mensaje de la OTAN a China y hay discusiones para que en el comunicado final se emplee lenguaje duro hacia Pekín que denuncie acciones agresivas, campañas de desinformación y, sobre todo, el apoyo a Rusia durante la guerra en Ucrania que está permitiendo a Moscú reconstruir su base industrial de defensa.

La importancia de la conversación sobre China en la OTAN se confirma con la presencia en la cumbre de Washington de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

6. Futuro

Al 75 aniversario la ONU llega más fuerte que nunca y la reciente adhesión de Suecia y Finlandia ha elevado a 32 los miembros actuales, frente a los 12 originales.

Según recordaba este lunes en Washington tanto Stolterberg como la Casa Blanca, son ya 23 de los aliados los que gastan al menos 2% del PIB en defensa, la reclamación que hacía Trump. Y se ha recordado que eran solo tres cuando se marcó ese compromiso en 2014, tras la invasión rusa de Crimea, y que antes del inicio de la plena guerra de invasión de Ucrania solo alcanzaban ese porcentaje nueve de los entonces 30 miembros.

España, según datos de la propia Alianza de junio, es uno de los ocho países que no llegan al 2% junto a Portugal, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Eslovenia, Croacia y Canadá.