Las playas de Alboraia se quedan sin chiringuitos por un conflicto con las licitadoras

La playa de la Patacona de Alboraia, una de las más ‘cool’ de Valencia, se encuentra sin chiringuitos en plena temporada alta. Tampoco Port Saplaya dispone de establecimientos con servicio de sombrillas y hamacas en la arena. Un litigio entre empresas durante el proceso de licitación ha provocado la ausencia de negocios hosteleros a la orilla del mar.

Yes que con el final del verano 2023 también concluyó la concesión de cinco años de los chiringuitos de playa de Alboraia. Por este motivo, con el nuevo año a la vuelta de la esquina, la delegación de Playas que dirige Raquel Casares se puso manos a la obra para licitar los nuevos espacios para los negocios en los arenales de Patacona y Port Saplaya. 

Así, según relata la concejala socialista, el pasado febrero se presentó ante la Demarcación de Costas el plan de verano de Alboraia para sus playas. No fue hasta un mes después cuando se recibió luz verde del departamento del gobierno. Con todo ello, el 5 de abril el consistorio publicaba en la plataforma de contratación la licitación de los chiringuitos de playa. En concreto, el concurso detallaba la instalación de cinco lotes en Patacona (cinco chiringuitos con servicio de sombrillas y hamacas) y dos en Port Saplaya, en este caso, en formato de kiosco (solo venta de bebidas sin sillas y demás) por falta de espacio. El canon global de todos ellos los 300.000 euros. 

El problema con el primero sobre

Los plazos administrativos iban más menos acorde a la apertura de la temporada estival del 15 de mayo. Pero con la apertura del primer sobre en la mesa de contratación empezaron los problemas. Una de las ofertantes presentó un recurso al considerar que otras de las aspirantes habían incumplido el pliego de condiciones. Concretamente, apuntaba, y así era, que una misma persona había presentado ofertas para hacerse con varios chiringuitos. 

Raquel Casares explica que el ayuntamiento pretende evitar el monopolio y el pliego es claro:«Una misma persona física solo puede optar a gestionar un máximo dos lotes». Pero la ingeniería empresarial da para mucho y algunos ofertantes se han presentado con distintas empresas aunque figuran como propietarios o forman parte del entramado societario de las aspirantes, como ponían de manifiesto el recurso presentado.

Consulta jurídica a la Generalitat

Para tratar de solventar la situación, el departamento jurídico municipal elevó consulta a la Comisión de la Competencia de la Generalitat. La contestación llegó un mes después, con junio ya avanzado. El consejo del organismo autonómico era, a groso modo, abrir el segundo sobre y estar vigilante. Los técnicos confirmaron las irregularidades, tal como quedó acreditado tras una profunda investigación sobre las empresas ofertantes. 

De hecho, el informe elaborado por la técnica del área concluye que «se puede apreciar de forma objetiva que existen indicios» de que cinco licitadores «han confeccionado de manera conjunta y coordinada sus respectivas proposiciones, violando los principios de libre competencia, de igualdad y de secreto de las proposiciones, al objeto de poder optar a un mayor número de lotes de los señalados en el pliego». En consecuencia, propone a la mesa de contratación la exclusión de dichas empresas. Ahora está abierto un plazo de diez días para que las mercantiles señaladas presenten alegaciones y posteriormente se espera la adjudicación final de los siete lotes.

Instalación de cero en pleno julio

Pero el reloj corre y el calendario marca ya la mitad de julio, dos meses después del inicio de la temporada de baño y Alboraia no tiene chiringuitos en sus dos playas. Y su instalación tampoco se antoja rápida. La conclusión de la concesión del pasado verano llevó asociada la retirada de toda instalación, como conexión a la red de agua o al alcantarillado, y esos trabajos de canalización deberán ejecutarse ahora, en plena temporada con bañistas y turistas ocupando la arena.  «Es una cuestión que deberemos subsanar todas las partes. Entendemos el retraso y el perjuicio que crea a los usuarios, pero lo más importante es cumplir con la ley y no podemos consentir que una empresa monopolice los negocios de toda la playa», sentencia Raquel Casares. 

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