La unión hace la fuerza: la base de la responsabilidad social comunitaria

La Fundació Horta Sud lleva décadas sirviendo de nexo de unión entre la sociedad civil y el tejido empresarial

Colaboran para mejorar la calidad de vida de las personas

La Fundació Horta Sud fomenta la responsabilidad social comunitaria.

La Fundació Horta Sud fomenta la responsabilidad social comunitaria. / ED

Lluís Pérez

Lluís Pérez

“Empezamos a invertir en RSC en los años 90, pero estuvimos dando palos de ciego durante diez años hasta que empezamos a colaborar con la Fundació Horta Sud”. Es el testimonio de Santiago Peraita, El director financiero del Grupo Ugarte Automoción, una empresa con más de 50 años de experiencia en la comarca, que decidió abandonar el modelo tradicional de la responsabilidad social corporativa y unirse a la estrategia de la responsabilidad social comunitaria como patrono de la fundación.

Su caso no es el único. Son muchas las empresas comprometidas de l’Horta Sud que han decidido sumar esfuerzos y embarcarse en este proyecto comunitario, cuyo objetivo es poner en marcha y desarrollar proyectos e iniciativas que, principalmente, mejoren la calidad de vida de las personas habitantes de la comarca. Y hacerlo tendiendo puentes entre la sociedad civil y el sector empresarial. 

“Entidades como la Fundació Horta Sud son un buen camino para nuestras empresas para apoyar al tejido social de nuestro entorno”, defiende Peraita. El 90 % de las compañías de la comarca son pymes. En solitario no pueden acometer cambios importantes, como sí hacen las grandes empresas a través de sus departamentos de RSC; éstos disponen de recursos económicos y de personal imposibles para las pequeñas y medianas empresas. Pero unidas, tienen la capacidad de poder contribuir a hacer de l’Horta Sud, un territorio mejor. 

Qué es la responsabilidad social comunitaria

La unión es la base de la responsabilidad social comunitaria, defendida por la Fundació Horta Sud; una fórmula que fomenta la cooperación y la colaboración público-social, integrando a la administración con el sector empresarial y el asociacionismo. “No somos entes aislados del territorio y la sociedad civil”, explica Arnau García, presidente del Institut Empresarial de l’Horta Sud. Al fin y al cabo, las empresas están “formadas por personas que viven en la misma comarca”. 

Desde la entidad, defienden que las “empresas formamos parte de la sociedad” y, por tanto, parte de sus beneficios deben retornar a la misma. “Si a tu comunidad le va bien, a ti como empresa también te irá bien”, afirma con rotundidad Paco Alós de Caixa Popular, uno de los aliados estratégicos de la fundación.

El trabajo de la Fundació Horta Sud es una garantía para las empresas colaboradoras. “Es una maravilla -, reconoce Peraita-, porque cuentan con un grupo de personas expertas que saben cómo hacer las cosas, qué proyectos se necesitan y de qué modo desarrollarlos”. Al final, la fundación “es una guía” para las empresas que quieren colaborar. 

Lo hacen con aportación presupuestaria pero, según García, no es la única manera: pueden hacerlo de cualquier otra forma, por ejemplo con charlas a jóvenes o talleres: “Todos podemos ayudar, aunque es cierto que muchas empresas pequeñas piensan que la RSC no va con ellos”.  

Sin embargo, en l’Horta Sud este pensamiento se está revirtiendo gracias a la labor de la fundación, cuyo trabajo comenzó hace más de 50 años; es la fundación comunitaria más antigua de las nueve existentes en España: “Lo importante es darse a conocer porque cuando la gente es consciente de qué puede aportar, es mucho más fácil implicarse”, explica García, quien incide en la importancia de difundir el trabajo realizado. 

195 proyectos impulsados en tres décadas

Una de las iniciativas emblemáticas de la Fundació Horta Sud -impulsada también por Caixa Popular y Grupo Ugarte Automoción- es ‘Projectes Que Canvien El Món’, una convocatoria de responsabilidad social comunitaria que este año cumple 30 años de historia. En estas tres décadas, la iniciativa ha contribuido al desarrollo de 195 proyectos con una contribución de 313.000 euros.

La iniciativa ha ido evolucionando a lo largo de los años hacia un formato que, según Alós, “fomenta las sinergias entre las organizaciones y el sector empresarial para conseguir una sociedad más cohesionada, igualitaria y diversa”. Pretende, además, acabar con la dicotomía entre las asociaciones y las empresas. 

La edición de ‘Projectes Que Canvien El Món’ del 2024 tiene abierto su periodo de recepción de candidaturas hasta el 6 de noviembre de este año. A lo largo de sus veintinueve ediciones anteriores, se han presentado todo tipo de proyectos, como una falla de Xirivella que destinaba pelucas a gente enferma con cáncer, un equipo de fútbol inclusivo en el IES de Alfafar o un grupo de dentistas cuyo proyecto se centraba en ofrecer asistencia dental a migrantes procedentes del Sáhara Occidental. 

“Es sorprendente descubrir los proyectos de las asociaciones y entidades de la comarca -, relata Peraita-. A veces su presentación es tan sencilla que no imaginas el gran trabajo que llega a haber detrás”. 

Giving circle

La última de las iniciativas promovidas por la Fundació Horta Sud fue la experiencia ‘Giving Circle’, la primera de este tipo celebrada en España, que puso en contacto a empresarios y entidades sociales. Las segundas presentaron sus proyectos a los primeros, con el objetivo de conseguir donaciones para poder desarrollarlos. “Fue una experiencia muy divertida, amena y con la que se consiguió que muchas empresas encontrarán motivos para colaborar e involucrarse en los proyectos”, explica García. 

El evento consiguió congregar a unas 90 personas y recaudó un total de de 16.300 euros destinados a tres proyectos interasociativos: ‘L’esport del 2030’ de CE La Fila, ‘Més que cuinar, cuidar-te’ d’Afaco Quart y l’Animeta y ‘Teixint Dignitat’ d’Artic y el taller Madre Mazzarello-Amparito Baviera. 

Este tipo de proyectos demuestran la capacidad de las fundaciones comunitarias de “trabajar de una forma distinta, aportando nuevas metodologías”, comenta la directora del programa de Fundaciones Comunitarias de la Asociación Española de Fundaciones, Rosa Gallego. Según ella, las fundaciones comunitarias toman cada vez más importancia como catalizadoras, puesto que “en un mundo cada vez más globalizado, donde incluso las relaciones personales se están empezando a fragmentar, debemos crear comunidad”.

Por su carácter comunitario y por su carácter innovador, el proyecto de incremento de la Responsabilidad Social Comunitaria en l’Horta Sud cuenta con la colaboración de la Conselleria d’Economia Sostenible, Sectors Productius, Comerç i Treball de la Generalitat Valenciana, a través de las ayudas destinadas a la promoción de la economía sostenible en la Comunitat Valenciana