La falla municipal usará corcho ecológico... por lo que pase en el futuro

Pere Baenas apuesta por el Neops, procedente de residuos vegetales, y avisa que «cualquier día nos prohíben quemar otros materiales»

Pere Baenas, con la falla municipal

Pere Baenas, con la falla municipal / M. Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La Capitalidad Verde Europea y, por extensión, la Agenda 2030 se cuelan en las fallas municipales. Tanto por el material en el caso de la mayor como por el material y el argumento en la infantil. De hecho, en «Dos palomas, una rama», la falla grande, supone el desafío de utilizar un corcho blanco ecológico, el Neops, procedente de residuos ecológicos, a gran escala -el propio artista, Pere Baenas, ya lo había usado en algún ninot y otros profesionales como Mario Pérez lo han utilizado en fallas infantiles-.

"La materia orgánica genera una molécula al entrar en combustión. No sé cómo lo tratan, pero queda un producto muy parecido al poliestierno expandido, el corcho blanco de toda la vida. Con unas prestaciones más o menos parecidas. Cuesta un poquito más en todo caso" aseguraba el artista. "Vienen en placas, como el tradicional". Y todo por una razón de ser: "es que el día menos pensado, el derivado del petróleo lo van a prohibir. Por las reservas, que cada vez son menos, y porque lo consideran material contaminante.

"Cualquier día dicen que no se puede hacer con poliestireno"

Este nuevo producto lo van a utilizar como material para contener productos de alimentación y acabará por utilizarse en Fallas". Y no hay que olvidar que "el año 2030 está ya ahí como quien dice. Y hay que asumir que si Europa dice que no hay Fallas porque se utiliza un material contaminante, no hay Fallas". Es Patrimonio de la Humanidad y está protegido, podría replicarse. "Si, pero entonces lo que dirán es que se utilice, pues eso: tela, madera, cartón... para ellos, Fallas puede ser perfectamente cartón y madera".

Advierte de otro problema: que por mucho material que se contrate para hacer las Fallas, "eso es muy poco para la producción que tienen para cubrir las necesidades de otras utilidades". Dicho de otra forma, es un stock lo suficientemente irrelevante como para pensar en que se rebaje el precio. "Quizá haya que echar mano de más arriba, que les haga ver que el hecho de que lo utilicemos para las Fallas es una promoción enorme. Lo mismo sucedía con el poliestireno".

La pintura también será ecológica: es la misma que ya empezó a probar con la falla Convento Jerusalén del pasado año, Renner.

Críticas para trascender fronteras

El proyecto, diseñado por Escif y materializado por Baenas estará compuesto por dos grandes palomas blancas que simbolizan el llamamiento a la paz (hasta ellas pelean por la rama de olivo) tras el fracaso social que suponen las dualidades. Un repaso por los problemas de la sociedad, desde la fagocitación por la modernidad como las guerras o el desastre ecológico. Incluso se rescata una escena nonata de la falla de la Meditadora: los migrantes tratando de saltar la valla de la «mascletà» en busca de un mundo mejor. «Nos tenemos que adaptar a la nueva situación y en este tramo de mi carrera quiero hacer crítica social, dejando de lado la retórica fallera de sólo el chiste y lanzar un mensaje a la sociedad. Y éste es un mensaje enorme, que es importante para poner en valor a las propias fallas para que trasciendan fronteras».

Las dos palomas, que alcanzarán los 21 metros en su punto más alto, estarán apoyadas en dos grandes caballetes de madera, a cuyos pies se incorporarán estas escenas de forma independiente unas de otras.