La enfermera que llega desde el corazón de la fiesta

Carolina Torres RÍos. Falla Mercado Central. 26 años

Carolina Torres Ríos (Mercado Central)   copia

Carolina Torres Ríos (Mercado Central) copia / M. Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

«Todo lo que me hace feliz está relacionado con el tres». Un tres lleva el día 30, el de la Fonteta, donde todavía puede rebañar este, según su versión, año único. Aunque lleve el número uno en el dorsal, que le corresponde porque es la primera falla del censo de preseleccionadas. La del Mercado Central, la número uno, que vuelve a la carga fallera mayorista con la baza de Carolina Torres. A donde llegó tras nomadear en la fiesta. «Si: empecé en Mossen Sorell-Corona que es de donde es mi familia paterna. Luego estuve en el Barri de la Llum, que es donde vivía. Lo normal, que es que la niña esté donde están sus amigos.

«Y ya de más mayor, con 14 años, me fui con la familia materna al Mercado Central. Para mi es un privilegio. Somos centro y vivo la fiesta desde el corazón». A pesar de las trabas, los cambios y las apreturas. «Es lo que tiene estar en ese corazón. Pero somos una comisión que se arregla en el espacio que tiene. Y, de verdad, no tiene precio». Y con doble gana porque se quedó a un paso de ser fallera mayor infantil en el Barri de la Llum. «Me presentaron pero no tuve suerte porque es una comisión muy numerosa y aunque tenía antigüedad, la nena que salió tenía un año más que yo y le tocaba. Y como ya me presentaron un pelín tarde, en casa se decidió no seguir intentándolo». 

Carolina Torres, pletorica tras ser preseleccionada

Carolina Torres, pletorica tras ser preseleccionada / Fotofilmax

Carolina Torres con su tio, Jose Vicente Archer

Carolina Torres con su tio, Jose Vicente Archer / Falla Mercado Central

Carolina Torres, apoyada por su falla

Carolina Torres, apoyada por su falla / Falla Mercado Central

Ahora en el Mercado Central está en familia y mejor custodiada imposible: «El presidente, José Vicente, es mi tío. Es el marido de mi tía (por parte de Ríos) y lo hemos pasado maravillosamente bien». Ha vivido cerca falleras mayores, como Carmen Sancho, «que es todo un ejemplo de lo que ha de ser una fallera mayor de València»; o Rocío Gil, «que la he vivido porque es de nuestra falla vecina».

De Dermoestética a Urgencias Críticas

En lo profesional, encarrilada. Es enfermera y ahora también está en rotación pero no fallera, sino hospitalaria. «Voy por la pública en Bolsa. Estoy en la rotación del Hospital General en diferentes ambulatorios». Curiosamente, el último, el del Barri de la Llum, el que fue su casa. «Estoy súper a gusto con mi trabajo. Me pasan las horas volando y estoy orgullosa de haber terminado la carrera y hacer lo que he soñado desde niña. Este año me dedicaré a opositar y eso, unido a los puntos de méritos, me sirve para ir haciendo el camino. Tengo el master en Enfermería Demoestética, estoy matriculada en el de Urgencias Críticas, también soy técnico de Rayos... y al final todo suma. Además, en mi oficio tenemos que estar dispuestos a todo y siempre hay cosas por aprender. Nunca eres suficiente». 

Hasta lograr el objetivo. Aunque los puntos para el otro objetivo, el fallero, los debe estar mostrando ahora ante siete pacientes jurados.