CANDIDATAS A FALLERA MAYOR DE VALÈNCIA 2024

La más adecuada para representar a los «condes» en su centenario

Celia Fuster Pallarés. Falla Conde Salvatierra-Cirilo Amorós. 26 años

Celia Fuster Pallares (Conde Salvatierra-Cirilo Amoros).

Celia Fuster Pallares (Conde Salvatierra-Cirilo Amoros). / M. Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

En 100 años de una comisión de falla pasan muchas cosas y muchas personas. Pero Celia Fuster estaba más que avalada para ser la fallera mayor de la efemérides. «Mi tatarabuelo fue fundador. Y luego mi tío abuelo fue presidente 25 años, mi padre lleva 14...». Le tocaba, desde luego, y ha conseguido rematar el año de su vida. «Increíble. Los sentimientos nacen cuando ocurren estas cosas. Recordaba mucho a mi abuelo, que siempre estuvo en la junta directiva y es a quien le debo sobre todo estar en la falla. Cuando fui fallera mayor infantil aún vivía y le he recordado mucho. Mis padres han sido padrinos del nuevo casal, también del estandarte del centenario... ¿se nota que lo llevamos en la sangre?».

Celia Fuster, en la presentación de la falla del Centenario

Celia Fuster, en la presentación de la falla del Centenario / M. Domínguez

Celia Fuster, al escuchar su nombre en la preseleccion

Celia Fuster, al escuchar su nombre en la preseleccion / Fotofilmax

Escalando posiciones en el ranking cortesano

Ahora le queda la última prueba de que los círculos pueden ser perfectos. Y si la consigue, Conde Salvatierra -que acude con las dos candidatas- puede seguir sumando presencias y amenazar a los primeros clasificados del ranking cortesano histórico.

Y en cualquier caso, pase lo que pase, tiene una vida llena. Es fisioterapeuta especialista en suelo pélvico. «Estoy con la mujer en todo su proceso: embarazo, parto y pediatría, ayudando en todas sus cargas musculares antes, durante y después. Y también con los bebés, con los cólicos y las tortícolis y otras dolencias que pueden tener».

Y todo, por una lesión de bailarina

Toda una vocación que fue aprendiendo a base de vivencias. «Te lo explico. Yo he sido bailarina toda la vida. Hice la carrera y cuando acabé también fui profesora durante un tiempo. Bailaba cuatro horas diarias de lunes a sábado. Y recuerdo una vez, de tanta carga, hacerme una lesión de rodilla y ver la labor del «fisio» y de cómo era capaz de recuperarme inmediatamente. Me gustó tanto que decidí dedicarme a ello». Empezó el doble grado con Enfermería pero se decantó rápidamente por recomponer los cuerpos, especializándose en la maternidad. «El embarazo es una época muy bonita. Ayudas a la madre cuando ya no sabe ni a qué recurrir». Y aún así reconoce que «falta cultura de fisioterapia. En Madrid sí que trabajé con una ginecóloga cuando viví allí mientras hacía el máster. Ahora trabajo en una clínica privada y en La Salud, donde ya han puesto este servicio. Es un trabajo muy multidisciplinar, muy de equipo». 

Es de suponer que, el día que ella vaya a ser madre, recurrirá a las terapias profesionales. Lo que sí que tiene claro es que será fallero o fallera. «Mi pareja es de Madrid e imagínate: cayó en una familia tan fallera que...» que está obligado a adaptarse. «Pero es que le ha gustado como a nadie». Y por si no se acuerda «nos hemos ido a vivir donde plantamos la carpa».