Falleras en la carrera al todo o nada

Las candidatas a fallera mayor de València inician hoy mismo las pruebas, tanto en mayores como en infantiles

El edil Ballester confía que el jurado no tenga vinculación con candidatas «y no me temblará el pulso si veo algo inadecuado»

Las candidatas se reunieron por primera vez

Las candidatas se reunieron por primera vez / JM López

Un mes y medio, casi dos, después de que las preselecciones finalizara la primera criba de la carrera más complicada de la fiesta, ahora llega la ría. El obstáculo en el que caerán más aspirantes a todo con el drama añadido de que, en este caso, es todo o nada. De las 146 falleras que acudieron ayer, impecables, y después de haber consultado mil y una veces con qué ropa acudir -cuando no después de haber discutido en casa por no ponerse de acuerdo-, 120, que se dice pronto, quedarán por el camino, se les agradecerá haber participado y deberán seguir su vida fallera en sus respectivos casales. Y seguir orientándose a su vida normal. Que en el caso de las mayores, está lleno de jóvenes de su tiempo, trabajadoras, con carreras universitarias alucinantes con proyectos ambiciosos por delante. 

Un proceso mal desarrollado

La Fonteta, un proceso no mal parido, sino mal desarrollado, será así de implacable. Antaño, la posibilidad de éxito era mucho mayor pero en la era moderna el listón de la preselección se ha dejado muy barato. Ahora vendrán las lamentaciones: dos de cada once se quedarán esperando escuchar un nombre. Es la cruda realidad de la estadística.

Quizá por ello, el jurado le insistió a las candidatas mayores la necesidad de sentirse unas privilegiadas. Que llegar a donde han llegado no está al alcance de todo el mundo y que sólo por eso también vale la pena. También les recomendaron que pusieran en modo silencio las redes sociales. Dicho de otra forma, que intenten blindarse de cualquier opinión que se vierta a favor y, sobre todo, en contra. 

Y empiezan hoy

Ambos grupos inician hoy mismo las reuniones con los jurados. Las adultas, todas; las infantiles, la mitad. Les quedan por delante toda suerte de propuestas hasta las vísperas del 30 de septiembre. 

Los jurados se reunieron con la Junta Central Fallera el día anterior para empezar a diseñar el calendario de actividades. El concejal Santiago Ballester aseguraba que les dijo que «no me va a temblar la mano si detecto conductas que no son adecuadas» en alusión tanto a existir vinculaciones de cercanía con las candidatas que hubiesen desaconsejado ser jurado o en el propio trato a las mismas. «No dudo para nada de los que han salido elegidos, entre los cuales están los que deciden los presidentes por un lado y los que elijo yo. Por eso, confío plenamente. Y quiero que sea así hasta el final, tanto por quienes hemos depositado la confianza como por ellos mismos, y por las propias candidatas». 

Consecuencia o no de errores pasados (consecuencia, porque sí que lo es), este año habrá dos observadores de la Junta Central Fallera en las entrevistas y los debates. Simplemente para contemplar conductas, sin voz ni voto.