Tal día como el 30 de noviembre se cumplen cuatro años desde que la Unesco aprobó la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A falta de una celebración oficial, es la comisión de Mosel Sorell-Corona la que ha tomado la iniciativa y lo ha hecho con una exposición no tanto en la calle como en las paredes de la demarcación, instalando paneles murales.

Portadas de llibret, fragmentos de poesías, opiniones, diseños, materiales todos ellos relacionados con las diferentes facetas que enriquecen a la fiesta fallera (una de las claves para su bendición como elemento patrimonial) han sido incorporadas a los muros de las calles de la demarcación.

"La acción pretende reivindicar que fallas son más que una celebración cíclica y efímera. Cada año, miles de llibrets dejan constancia de la creatividad literaria, de una historia viva de literatura fallera y textos en torno al arte público y popular. El fuego y la poesía, las ilustraciones y los estudios, la fotografía y el diseño de la fiesta son los únicos elementos que permanecerán de generación en generación en forma de publicación" aseguran en la comisión, especializada siempre en la aportación de nuevos elementos y propuestas a la fiesta.

La intervención también interactúa con una pintura mural del artista Escif, que precisamente plantó para la comisión una falla en 2015, y ahora sirve de soporte para recordar una declaración de Jean Cocteau, que dio origen a otro proyecto de falla, el de 2018 firmado por Fermín Jiménez Landa.

"La comisión mantiene vivo el espíritu fallero de la calle Corona, y genera un paseo que recorre algunos de los períodos diferentes por los que ha pasado la literatura festiva: desde la censura hasta los proyectos más recientes, de revolución gráfica en llibrets que han recibido premios prestigiosos".