Tras medio año de regeneración, Almirante Cadarso-Conde Altea afronta la recta final del ejercicio con la supervivencia garantizada de momento y en una situación que los responsables de la comisión consideran no sólo estable, sino impensable hace cuatro días mal contados.

Como se recordará, la comisión sufrió una gravísima crisis interna como consecuencia de la salida de la misma de Laura Cano, su expresidenta y, en cierta parte, sustento económico para competir con los grandes. Su salida, a la que después seguiría la del presidente que inició el ejercicio, Juan Ramírez, y una parte de falleros afines derivó en una situación de absoluta precariedad. Uno de los dos presidentes actuales, Vicente Fuster, lo reconoce. «En junio y julio éramos treinta. La comisión estaba mucho peor que muerta». Pero, una vez estabilizado el enfermo, las constantes vitales volvieron. «Ahora mismo somos 90 adultos y 90 niños, más que en en los últimos años. Tenemos las dos falleras mayores, hemos hecho una cena de falleros de honor y pronto habrá otra; las fallas están en Especial; habrá Parada Mora al nivel de años anteriores... no es un milagro: es que hay gente implicada, ilusión por seguir haciendo cosas y ganas de olvidar lo que se ha sufrido.

Ahora mismo, incluso se espera la semana fallera con la ilusión de conseguir el ninot indultado, para el que es la, posiblemente, candidata más acreditada.

Uno de los procesos que se han producido es el del regreso de falleros que, en años anteriores, se habían marchado. Hasta el punto que eso ha permitido «retirar denuncias por impagos. Hubo gente que se marchó porque no estaba ni a gusto ni de acuerdo y se les denunciaba porque no quisieron pagar la derrama. Al regresar, es como si no se hubiesen ido nunca, con lo que las denuncias se han retirado para todos ellos. Todos son bien recibidos. Ahora mismo, lo que importa es estar juntos, cerrar heridas, estar cohesionados y, lo que es más importante, disfrutar del ambiente que hay». Lo más importante, según Vicente Fuster, es «poner en valor la marca Almirante Cadarso, que está por encima de las personas. Almirante es patrimonio de la historia y es una marca que hay que conservar a toda costa al nivel que merece».

La Parada Mora será el último gran acto del programa de festejos de 2015 antes de que llegue el fuego «y tendrá el esplendor de los años anteriores».