Cuatro y cuarto de la tarde. En las habitualmente tranquilas calles de un polígono como el de Vara de Quart resuenan los motores encendidos de casi una veintena de coches. Al fondo, entre la estampa de puertas abiertas a la búsqueda de un soplo de aire que contrarreste los alrededor de 30 grados con los que un tórrido sol abrasa la carrocería de los vehículos, se vislumbra el azulado cartel de la ITV. Llegar a él se antoja casi como el oasis que se busca en medio del desierto. Aunque, en este caso, la ansiada recompensa no es un sorbo de agua, sino poder pasar una inspección sin necesidad de una cita previa cuya obtención, desde hace meses, se ha convertido en toda una odisea.
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La espera para lograr superar este trámite, sin embargo, es larga e -insisten varios de esos peregrinos que esperan en sus coches- dura. "Llevamos aquí desde las dos y mira, me estoy quemando ya el brazo", apunta una de ellas, Verónica. A su lado, Pepi relata, móvil en mano, cómo ha sido su travesía. "Hoy he intentado reservar cita varias veces pero se quedan bloqueadas y, mientras espero el código de reserva, se la lleva otro", destaca esta mujer antes de afirmar que, para soportar mejor el calor durante las últimas dos horas y media, "nos imaginamos que estamos en el Caribe y, para hidratarnos, vamos a esta gasolinera y compramos algo".
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Colas de horas
Por suerte, son las siguientes en una cola que forman una veintena de vehículos. Unos puestos más atrás, con las ventanas abiertas, aguantan Julio y Nati. En su caso, aseguran, han venido a primera hora de la mañana pero "había tanta cola que nos hemos ido a la de Riba-roja". Pero allí, tras esperar dos horas, no han tenido suerte y "nos hemos venido aquí a hacer cola". En total, más de cuatro horas para pasar una ITV en la que "llevamos intentando coger cita desde mayo para agosto y no hemos podido", lamenta ella. Una queja que, casi al final de la cola, comparte Olga. Fuera de su vehículo y tras llevar una hora bajo el sol, ve con esperanza el avance "poco a poco" de la cola. "Ya que estoy aquí me voy a esperar hasta pasarla", incide.
Al respecto, desde los sindicatos recuerdan que "venir sin cita no quiere decir que se pueda atender a todos los vehículos que vengan". No en vano, "las estaciones tienen una capacidad y una vez se llega a ella ya no se pueden atender más vehículos". Este volumen de inspecciones, en concreto, viene marcado por el número de trabajadores que tiene cada centro de la red, una plantilla que se ha visto mermada en los últimos meses por unas bajas o jubilaciones que no se han podido sustituir al requerirse para ello un proceso de contratación pública.
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A la espera de refuerzos
Este proceso, justamente, es el que la conselleria de Industria ha puesto en marcha en las últimas semanas con la apertura de una bolsa temporal de 250 trabajadores dedicados a la inspección. La misma, según avanzó Industria a este diario hace semanas, debía llegar antes de que acabara junio. Sin embargo, este apoyo -que es clave para aumentar el ritmo de inspecciones atendidas y, con ello, desbloquear más fácilmente el colapso- finalmente no se ha dado aún. Como indican ahora desde el área que dirige Nuria Montes, estas incorporaciones laborales se darán "a finales de esta semana o principios de la que viene".
Respecto a problemas como el vivido en Vara de Quart, desde Industria aseguran a este diario que se trata de situaciones "puntuales" y que en la mayoría de centros "no tenemos conocimiento de que se estén produciendo" esas largas colas. Mientras, desde los sindicatos insisten en que se atienden todos los vehículos que se puede y esperan que "con las nuevas incorporaciones se pueda, si no solucionar, aliviar el problema".