Entrevista | Manuel Espinar Gerente de Grupo Hispania y presidente de Conhostur

"Este segundo semestre se va a hacer muy complicado por el menor consumo"

Avisa del cierre de hasta un 10 % de la hostelería valenciana si el Gobierno no da un «balón de oxígeno» paralizando la devolución de los ICO

Manuel Espinar, antes  de
la entrevista en las
instalaciones de
Levante-EMV. f.bustamante

Manuel Espinar, antes de la entrevista en las instalaciones de Levante-EMV. f.bustamante / Juanma vázquez. valència

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

El Consell ha incluido a una representante turística como consellera con Nuria Montes. ¿Es positivo para sectores como el suyo?

Creo que es muy positivo. Y tener tanto una secretaria autonómica como una directora general que también están implicadas en el turismo es fundamental para tener siempre la caja de cambios engrasada. Son mucho más susceptibles de conocer los problemas del sector y solucionarlos, porque son conocedoras del mismo.

El Banco de España les acusaba hace pocas semanas de haber subido precios por encima de la inflación. ¿Qué valoración hace?

Creo que los que elaboraron ese documento no van al supermercado. Nos compararon con las empresas energéticas, que es una verdadera locura. Después mezclaban la hotelería con la hostelería, no metían los costes salariales... Nuestros precios están en 2023 más de un 20% por encima de los de 2022. Toda la sociedad está viendo cómo diariamente los precios están subiendo. Estamos en frente de una tormenta perfecta entre la inflación, los costes y los costes salariales. Y llega en un momento en que también la renta libre disponible que tiene el cliente local se ha mermado a una velocidad brutal. Y al final, si no les queda dinero para ocio, pues no tenemos clientes.

Sin embargo sus precios también han subido. ¿Cuánto?

Va por barrios. Ha habido establecimientos que han podido subir algo más los precios y otros que los han tenido que retener. Ha sido en función de del target de cliente que se tenía. Eso sí, se ha tenido que hacer mucha ingeniería tanto en la carta como en los menús, renovándolos para intentar buscar productos de calidad, pero que siguieran dando la misma rentabilidad. Y con las subidas de precios mínimas para que el cliente no se vea tan afectado.

El turismo ha tirado de sectores como el hostelero este verano. ¿Prevé que el final de año sea el de la bajada del consumo?

Los estudios que tenemos prevén que se cierre 2023 con un 5 % menos de consumo. Este segundo semestre se va a hacer muy complicado. Hay que tener en cuenta que el turismo es importante para la hostelería, pero hay una gran mayoría de locales que viven del cliente local y este tiene muy mermada su renta libre. El turismo internacional está tirando del carro. Pero cuidado, que Europa está en unas condiciones similares a las de España. No sabemos tampoco cómo va a acabar. Los vaivenes de nuestro negocio ya no dependen de las circunstancias que puedan pasar a nivel local, autonómico o nacional. Son circunstancias geopolíticas.

Durante la pandemia y con la subida de costes avisaron de cierres. ¿Hay hoy más peligro de cerrar para muchos locales?

Estamos pidiendo un SOS al Gobierno, porque la situación que se vive es un fenómeno inflacionista que no para, la renta libre está mermando y estamos devolviendo todo lo que se nos prestó en la pandemia para poder sobrevivir. En 2020 prácticamente toda la hostelería incurrió en pérdidas, en 2021 también y en 2022 se empezó a recuperar algo. Pero se empezó a recuperar empezando a devolver todo ese dinero que tuvimos que pedir de los ICO. Lo que estamos pidiendo es ver cómo el Gobierno puede paralizar estos ICO y nos da un balón de oxígeno para que no haya una sangría de cierres.

¿De cuántos negocios habla?

Aproximadamente una horquilla de un 5 % a un 10% del total.

Pese a ello los últimos datos dijeron que está aumentando el número de bares en la autonomía. ¿Por qué sigue siendo un tipo de negocio que crece?

Se está abriendo mucho local y, a su vez, se está cerrando mucho local. Es verdad que hay una nueva hostelería que está resurgiendo, muy profesional, que opta por montarse establecimientos que están funcionando muy bien. Aparte están emergiendo grandes grupos empresariales a nivel nacional e internacional que están haciendo que el número de locales crezca. Eso es positivo, porque somos un sector tractor, que generamos muchísimo empleo. En agosto habíamos alcanzado 208.000 afiliaciones, cifras récord por encima de 2019. Esa nueva hostelería está emergiendo y generando puestos de trabajo a un nivel importante.

Pero muchas veces está la acusación de las malas condiciones y salarios en la profesión...

Es una es una acusación injusta. A lo mejor hay empresarios que incumplen los convenios, pero la gran mayoría cumple con las normas. Nos están demonizando y eso provoca que haya una dificultad mayor para poder encontrar trabajadores, porque se creen que realmente las condiciones salariales y laborales son malas. En el último convenio que firmamos el año pasado se apostó, aparte de la subida salarial que hicimos de más de un 8%, por la formación continua dentro de las propias empresas. Desde hace ya unos años se vive una revolución en la propia hostelería que pretende atraer talento, retener el que se tiene y que todo el mundo pueda conciliar su vida familiar y social con la hostelería.

Por otro lado, la Generalitat levantó en agosto la prohibición de fumar en las terrazas. ¿Era algo imprescindible para los negocios?

Fue una norma que salió por la pandemia. Y éramos la última comunidad prácticamente que no había levantado el veto. Nosotros hicimos una encuesta dentro de la federación y al final había gente que quería que se fumara, otros que no. Nos quedamos en un punto intermedio. Pedimos que se derogara esa norma porque ya no era legal y dijimos que al final la potestad la tuviera el propio propietario del local.

¿Pero había un perjuicio económico claro con la norma?

Hay perjuicio económico porque hay muchas sobremesas de fumadores que hacen realmente su sobremesa en la terraza. Y si en este caso, por ejemplo, no se no se permitiera fumar, pues toda esa banda de negocio desaparecería. Lo más justo ha sido quedarnos en un punto intermedio y al final que sea el propio propietario el que decida.

Yendo más a su empresa, Grupo Hispania. ¿Cómo sale el negocio de los distintos tiempos convulsos?

Ha sido una situación complicada. Una parte de mi negocio la dedicamos a los eventos, que estuvieron paralizados prácticamente dos años y medio. El año pasado ya se volvió a una cierta normalización. Pero, claro, tienen unos costes muy altos. Después ha habido que renovar plantillas también, porque la pandemia hizo que una masa crítica importante de trabajadores viera como inestable al sector. Y de alguna manera muchos de los que redirigieron su vida profesional a otros sectores se han quedado allí.

Su padre fue quién fundó el grupo. ¿Cree que es más fácil mantener esa esencia de empresa familiar en un tipo de negocio como el hostelero?

Te diría que sí. Nosotros en nuestro caso somos tres hermanos y hemos interiorizado mucho más lo que es la hostelería. Te crías en ese ambiente y lo mamas. En mi caso llegó un momento en que mi padre me dijo ‘voy a crecer’ y me puse a su lado junto con mis hermanos. Y tiramos para adelante hasta hoy con los establecimientos que tenemos.

Para acabar, en clave nacional, Pedro Sánchez va a tratar de formar Gobierno. ¿Como de necesario es para la economía del país?

La hostelería, aparte del turismo, vive del cliente local y de ese turista que se mueve dentro de la propia Comunitat. Cuanto mayor poder adquisitivo tenga, mejor. Y cuanto mejor vaya la economía, también mejor. Pero hemos sido una comunidad maltratada. Hay un problema de financiación. Hay que ver cómo se liman asperezas para que el crecimiento de la economía valenciana ni se pare ni se le pongan palos en las ruedas. No podemos tener agravios comparativos, como darle ventajas competitivas al puerto de Barcelona en detrimento del de València. El Gobierno de España tiene que pensar que la Comunitat Valenciana es una de las comunidades más tractoras a nivel nacional. Y darle el valor que merece.