Las rentas más bajas de la Comunitat Valenciana 'se despiden' de comprar coches

Solo un tercio de las adquisiciones de vehículos en 2022 las realizaron aquellos cuyos ingresos eran inferiores a 15.000 euros al año, mientras que en 2017 representaban el 60 %

Un concesionario en Castelló, en una imagen de archivo.

Un concesionario en Castelló, en una imagen de archivo. / DAVID GARCIA FERNANDEZ

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

Cada vez más comprar un coche se ha convertido en un lujo. Un estudio realizado recientemente por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estimaba en un 40 % el alza media de costes de los vehículos en el último lustro, una situación que se aprecia fácilmente en el hecho de que encontrar modelos recién salidos de fábrica por debajo de los 13.000 euros resulta casi una quimera. Y ese alza de costes está teniendo una traslación directa en un mercado en el que no solo cada vez se venden menos coches (en la Comunitat Valenciana se han reducido en el último lustro desde las 150.929 a las 94.259 unidades, un 27 % de matriculaciones), sino en el que también este precio al alza está excluyendo a un ritmo vertiginoso a las rentas más bajas o a los jóvenes.

Según los últimos datos relativos a matriculaciones de vehículos ofrecidos por la Agencia Tributaria, solo un 37,3 % de los turismos y todoterrenos en la Comunitat Valenciana (35.177 unidades) durante el pasado ejercicio fueron adquiridos por personas con menos de 15.000 euros de renta anuales. Es una realidad muy diferente a la que se vivía solo cinco años antes, en 2017, cuando este colectivo compraba un 60 % de los coches que se vendían en la autonomía (91.119 unidades).

Esta realidad se percibe también en el perfil mayoritario en las adquisiciones de estos vehículos. Entre antes y después de la pandemia, el tramo de renta más usual ha pasado a ser el de 15.000 a 20.000 euros, un escalafón más que el de 10.000 a 15.000 euros de 2017. Y eso, en un momento en el que la vida se ha encarecido considerablemente -los picos inflacionarios de casi el 11 % vividos el año pasado, el incremento de los alimentos de la cesta de la compra media en un 17 % o la subida de tipos y su posterior traslación al coste hipotecario-, también impide que más gente se pueda permitir un coche o que opte, por ejemplo, por cambiarlo.

Más excluidos

Coincide en esta visión Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto (la patronal de los concesionarios), que aprecia que el coche cada vez más se está convirtiendo en un "elemento inaccesible para una base más amplia de los ciudadanos" debido a ese encarecimiento de precios ligado a dos motivos. El primero, enmarcado en el camino a la electrificación y con la hibridación ya disponible, es que esas tecnologías "son más caras", algo que ineludiblemente se traslada también al coste final. A ello, desde el año pasado, se suma la guerra en Ucrania cuyos efectos directos e indirectos "ha provocado que las materias primas que utilizan los fabricantes también sean más caras" y ello derive, por tanto, en un encarecimiento de precios.

En el caso de los jóvenes, además, a esas complicaciones se suma también la mayor dificultad para tener ingresos dignos, ejemplificado en el trabajo a través de unas tasas de paro juvenil que rondan el 30 % a nivel nacional. "Fundamentalmente es un tema de renta", apunta al respecto Morales, que también señala para ese menor acceso de los jóvenes el retraso de la edad a la que "deciden sacarse el carnet de conducir".

Los ricos compran más

Sin embargo, pese a esta situación, no todos los grupos poblacionales en la autonomía están notando de la misma manera el alza de precios de la automoción. Más bien al contrario. Porque si se mira a aquellos que cobran más de 60.000 euros al año, la compra de coches va al alza, disparada tras la pandemia. Sin ir más lejos, el año pasado se adquirieron 1.028 unidades por este grupo poblacional, un 61 % más que las que compraban en 2017 (638). Además, por ellas, pagaron de media casi el doble, pasando de 80.812 a 151.952 euros, muy por encima de los 88.974 euros promedio de España.

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