Los principales operadores europeos de gas natural han incluido a Valencia como punto de referencia en la futura red continental del hidrógeno «verde», combustible llamado a protagonizar un papel clave en el modelo energético basado en la descarbonización. Valencia ha sido seleccionada como futuro centro industrial ligado a la producción y distribución de hidrógeno. Las gasistas quieren reconvertir las infraestructuras dedicadas al gas natural para usarlas con hidrógeno. Entre las infraestructuras a reutilizar destacan los tanques de almacenamiento, como los de la planta de regasificación de Sagunt. La planta valenciano conllevó una inversión de más de 500 millones de euros.
España es el mayor importador de gas natural licuado (GNL) de Europa y líder mundial en regasificadoras. Tiene seis activas y una hibernada desde 2012 (El Musel en Gijón). Sin embargo, apenas utiliza estas instalaciones, construidas o ampliadas durante los años de la burbuja. La planta de Sagunt comenzó su operación comercial en 2006, pero sus grandes clientes (las plantas de ciclo combinado que queman gas para producir electricidad) llevan años bajo mínimos. Ahora a este tipo de infraestructuras les surge una nueva oportunidad con el hidrógeno.
El diseño de la red europea de transporte de hidrógeno está en su fase inicial y la ha impulsado la española Enagás y otras diez compañías de nueve países europeos. El proyecto se llama European hydrogen backbone (red prioritaria del hidrógeno europeo) y propone aprovechar la infraestructura de gas natural para conectar la producción de hidrógeno del sur de Europa (generada en plantas fotovoltaicas de España e Italia) con la del norte del continente (obtenida en los parques eólicos marinos del Mar del Norte y el Báltico). El objetivo del plan es diseñar una red europea de centros de producción, instalaciones de almacenamiento y conducciones con una extensión de 6.800 kilómetros de tuberías en una primera fase que debería estar lista en 2030 para crecer hasta los 22.900 kilómetros en 2040. La red conecta España con Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, República Checa, Suecia y Suiza (países donde tienen su sede las once gasistas que promueven la iniciativa).
La idea es producir el hidrógeno de manera limpia a partir de agua y mediante procedimientos de electrólisis alimentados energéticamente por plantas fotovoltaicas (en el caso de la Comunitat Valenciana) y de aerogeneradores marinos.
El presidente de la patronal Valenciana de energías renovables (Avaesen), Marcos J. Lacruz, subrayó la importancia de que la producción de hidrógeno sea 100 % renovable. «Hay que diferenciar el hidrógeno de origen renovable del que se mezcla con algún tipo de gas. Es importante que la nueva red sea para hidrógeno 'verde'. Es un hidrógeno que cuando combustiona solo emite vapor de agua. El hidrógeno es una buena solución porque se puede producir con los excedentes de energía solar. Si esa la apuesta de las gasistas, nosotros estamos encantados».
64.000 millones
Los responsables del proyecto European hydrogen backbone estiman que con la red actual de tuberías de gas natural hace falta una inversión de 64.000 millones de euros. «Este coste es relativamente limitado si se tiene en cuenta el contexto actual en el que Europa ha apostado por la transición hacia las energías renovables y es sustancialmente más bajo que otras estimaciones previas», destaca el documento de trabajo del proyecto.
Las siete regasificadoras españolas que funcionarían como polos empresariales (clústeres) de la nueva industria están situadas en Sagunt, Cartagena, Mugardos (La Coruña), Gijón, Bilbao, Barcelona y Huelva. La Comunitat Valenciana y Cataluña son las dos regiones españolas que tienen más completa la red de distribución de gas natural gracias al gasoducto impulsado hace cuarenta años.
