JJ OO 2024 | Valencianas hacia París

Segunda aventura olímpica sobre la tierra de Roland Garros

La tenista Sara Sorribes afronta sus segundos Juegos después de protagonizar la mayor sorpresa de Tokio 2020 y llega con una mayor experiencia en el circuito WTA

Sara Sorribes es habitual con España en la Billie Jean King Cup. | RFET

Sara Sorribes es habitual con España en la Billie Jean King Cup. | RFET

PABLO MARTÍNEZ-VILANOVA

Allá donde va Sara Sorribes, deja huella. Que se lo digan a Ashleigh Barty, número uno del ranking WTA el día en el que la tenista de La Vall d’Uixó la eliminó en la primera ronda de Tokio 2020. La castellonense venció después a Fiona Ferro y en tercera ronda cedió ante Pavlyuchenkova. Y en dobles, junto a Paula Badosa, estuvo a punto de dar la campanada ante las también números uno y a la postre campeonas Krejcikova y Siniakova, a las que llevaron hasta el super tie-break.

A sus 27 años, la vallera afronta sus segundos Juegos en plena madurez. No ha sido un ciclo olímpico fácil para ella, que ha descubierto la cara más dura del deporte en forma de lesiones. Primero una fisura en una costilla y después una fractura del escafoides de su pie derecho que le mantuvo seis meses alejada de las pistas. Pero ha vuelto más fuerte a un circuito que echaba de menos a una de sus tenistas más maratonianas: es una rival muy peligrosa al resto y se hace muy fuerte en los partidos de larga duración, de hecho acostumbra a protagonizar varios de los más largos de cada año.

Los números hablan por sí solos: Sorribes llega a París como número uno del tenis femenino español. En el ranking WTA del 10 de junio, el que se toma como referencia para los cuadros de los Juegos, la castellonense era la número 55 del mundo, por delante del resto de sus compatriotas. Será la baza más destacada de Anabel Medina, plata en dobles en Pekín 2008 y actual capitana de la selección femenina.

Otro aliciente para soñar es que esta edición se disputa en una superficie favorable para ella como la tierra batida. Y en unas instalaciones, las de Roland Garros, en las que viniendo de su lesión alcanzó en 2023 sus mejores resultados: octavos de final en individuales y cuartos en dobles. Solo la semifinal que alcanzó un mes después en Wimbledon en dobles mejora aquellas prestaciones en Grand Slam.

Baza en dobles

Además de en lo que pueda hacer en el cuadro individual, las miradas están especialmente puestas en Sara Sorribes y Cristina Bucsa para la competición de dobles. En mayo fueron campeonas del WTA 1000 de Madrid, en la tierra batida de la Caja Mágica. Fue el segundo torneo de esta entidad para el palmarés de la castellonense, campeona en octubre de 2023 en Pekín junto a Bouzkova. Estas actuaciones la han convertido en una doblista muy respetada en el circuito y a buen seguro la pareja española será uno de los cocos que todas querrán esquivar en el sorteo de los cuadros. Todo ello a pesar de que no juegan juntas habitualmente y no han seguido haciéndolo tras aquel éxito.

En uno de los deportes más profesionalizados como en el tenis, en el que muchos deportistas dan poca importancia a los Juegos, Sorribes nunca ha ocultado su pasión por competir con ellos. En una entrevista reciente con Eurosport confirmó sus expectativas: «Disfrutarlo, pasármelo bien, competir de la mejor manera posible y llevarme una buena experiencia». Eso sí, no quiere imponerse metas concretas sino ser competitiva: «Por mi forma de ser es difícil marcarme un objetivo, soy más de ir con tranquilidad y trabajando en el día a día. En cuanto a objetivo no me marco uno, pero sí que me encantaría competir de la mejor manera posible». No quiere un exceso de presión y prefiere ver la medalla como un sueño: «Es una ilusión pero eso está muy lejos. Ganar un partido ya es muy difícil, dos o tres ni te cuento». n