La sequía goleadora frustra a Cavani

El uruguayo se marchó muy enfadado tras ser sustituido ante el Sevilla, en un partido que prolonga su bloqueo

v.chilet. València

Una de las muchas imágenes que dejó la derrota del Valencia contra el Sevilla en Mestalla fue la sustitución de Edinson Cavani. El delantero uruguayo no pudo disimular su enfado tras ser relevado en el minuto 69 del encuentro, tras un nuevo partido en el que no sólo no pudo romper la sequía goleadora que arrastra en 2023, sino que además apenas generó peligro en la portería defendida por Marko Dmitrovic. En las flechas desviadas y rotas del Matador, principal apuesta de un proyecto en constante devaluación, se explica parte de la crisis galopante que condena, cada jornada un poco más, al Valencia a la agonía del descenso a Segunda.

La contribución de Cavani ante el equipo de José Luis Mendilibar fue escasa. En los 69 minutos en los que estuvo en el campo, solo pudo conectar un disparo, un remate de cabeza alto, y no logró chutar entre palos. Por lo demás, no ganó ninguno de los duelos aéreos que disputó (un total de cuatro) y el mapa de calor del partido detecta una presencia dispersa en el terreno de juego. Cavani pisó con frecuencia zonas alejadas del área, con mucho desgaste ofreciéndose constantemente para pivotar, pero con poca actividad cerca de portería.

La poca precisión del Valencia a partir de tres cuartos de cancha, tampoco ayudó, con varios envíos al área desde las bandas inviables para ser rematados. La baja de Justin Kluivert, el jugador de ataque que más inspirado estaba, ha bloqueado todavía más los caminos al gol.

A lo largo de su exitosa carrera, Cavani se ha mostrado tradicionalmente como un jugador de largos recorridos, con una zancada poderosa y ganadora. Sin embargo, con 35 años y encadenando varias temporadas con intermitentes problemas físicos, su frescura no es la misma y quizá obligue a una redefinición como jugador de espacios más cortos y centrado básicamente en buscar el remate y no tanto en participar de la elaboración colectiva de la jugada. Para llevar a efecto tal apuesta, ayudaría tener como compañero en ataque un socio en ataque con el que repartir esfuerzos y fajarse con los rivales, y así poder liberar a «Edi». En el duelo contra el Sevilla, el técnico valencianista Rubén Baraja, a pesar de la emergencia en el marcador, no optó por juntar a Cavani con Hugo Duro y efectuar un juego más directo.