El desastre deportivo que suponía la desaparición del balonmano Sagunt inicia el próximo sábado en Castelldefels su reconstrucción. El club Handbol Marítim recoge la herencia institucional de la entidad de Cristina Mayo asimilando el club primigenio, Mar Valencia, y da el salto desde la categoría de plata para formar parte de una liga de élite herida por la crisis, que ha provocado el éxodo de hasta 40 jugadoras a ligas europeas.

El equipo naranja y negro se nutre de casi las mismas jugadoras que el año pasado, con unos sueldos mínimos y con la esperanza de apoyarse en la base social de su escuela en categorías inferiores y en el tirón que supone la medalla de bronce de las "guerreras" para hacer del pabellón del Cabanyal un referente en el balonmano del "cap i casal". No en vano, de este club salió la estrella valenciana de la selección, la portera Silvia Navarro. El Marítim, de los pocos afortunados que tienen patrocinador (la firma de arquitectura Aicequip) ya militó temporadas atrás en la máxima categoría, a la sombra de los equipos de L´Eliana y Mislata que por entonces dominaban este deporte.

El club, además, ha asumido la plaza europea del anterior club y en el mes de octubre tendrá un doble enfrentamiento en el pabellón del Cabanyal contra un equipo islandés.