J. J. Sanmartín, Valencia

-¿Le puedo llamar «Maestro»

-No hombre, llámame David. La semana ha ido muy bien. Estoy muy feliz por todo lo que me ha pasado.

-Ganó en Auckland, Tokio, Stuttgart. Semifinalista en el US Open y ahora en la Copa de Maestros. ¿Le ha puesto el freno a su carrera

-No lo sé, este año ha sido el mejor de mi carrera. Esta temporada he ganado tres títulos, dos en pista rápida y me han pasado cosas que no esperaba como una final en pista cubierta.

-¿Se está reconvirtiendo a un tenista de pista rápida

-Estos últimos tres años he conseguido buenos resultados en esa superficie, pero este año ha sido el mejor.

-¿Descartamos entonces Roland Garros

-No, que va. La tierra es mi superficie favorita y donde me mejor me muevo y no la cambio por nada.

-Llegaba a Shanghai en la última plaza (octavo) y tan sólo pierde un partido, el último, el de la final.

-No partía como favorito porque los que más opciones tenían eran los tres primeros del mundo, pero me salió todo muy bien con un buen tenis ganando los primeros partidos.

-Y otra vez Roger Federer... Un balance de 8-0, ¿para cuándo el 8-1

-Ojalá sea pronto, o el 15-1. Por lo menos uno. Me barrió de la pista. Federer es el mejor del mundo y hace un juego que no me va bien. Es muy grande como tenista.

-Acaba la final del domingo y se emociona. ¿Por qué . Porque se da cuenta de lo que acaba de hacer o porque lo ha tenido al alcance de la mano y no ha podido ganar.

-No pienso en nada porque no tuve mucha opción de ganar. Aunque lo cierto es que cuando acaba el partido te cabreas pero cuando pasa una hora te das cuenta de lo que has hecho y te sientes feliz.

-¿Qué conclusiones extrae de esa derrota

-Yo siempre digo que para saber ganar hay que saber perder y es cierto que valoras todo lo que ha pasado, lo que has hecho mal y lo que has hecho bien, para tenerlo en cuenta en el siguiente partido.

-¿Le consuela saber que Federer perdió en su bautizo en la Copa de Maestros

-(Ríe). Me da igual. Ha sido un gran torneo en una gran semana y ahora quiero disfrutarlo porque son momentos buenos. En el tenis todo pasa muy rápido y sé que momentos malos van a llegar y hay que estar preparado para lo bueno y para lo malo.

-¿Y Federer no tiene ninguna de esas crisis como la que tuvo usted a los 16 años que a punto estuvo de apartarle del tenis

-(Ríe) Por algo es el número uno, tiene doce gran slams y es el más completo. Es bonito haber coincidido en un partido contra él.

-Pero ya ha estado cerca de derrotarle como en las semifinales de Miami de 2006.

-Sí, pero nunca lo he conseguido, puedo estar muy cerca pero aún no lo he logrado.

-¿Qué sería de David Ferrer si hubiese colgado la raqueta

-No lo sé, pero imagino que sería un entrenador de tenis porque es lo único que sé hacer, lo que me gusta. Decidí jugar a este deporte y me salió bien pero si no hubiese seguido habría tenido la conciencia tranquila, aunque me habría arrepentido toda la vida.

-¿A quién aconsejaría que pasara una semana en la obra como hizo usted

-No sé. Es un trabajo que no lo desprecio, que respeto mucho y que no estaba hecho para mí. Me hizo abrir los ojos y valorar que jugaba al tenis y que disfrutaba y que por lo menos tenía que intentarlo.

-Ahora seguro que estará en el equipo de la Copa Davis.

-Eso no está en mis manos, es decisión del capitán -Emilio Sánchez Vicario- y queda mucho tiempo para eso.

-¿Se marea cuando se ve en la quinta plaza de la ATP

-Me siento feliz por decir soy el número cinco del mundo. Es como si me hubiese sacado una carrera con matrícula de honor.

-Y siempre paseando con orgullo el nombre de Xàbia.

-Sí, porque es mi pueblo, porque toda mi gente está ahí, y siempre que puedo voy por el trato que me dan. No ahora que las cosas van bien, desde siempre me han apoyado y eso no es nada sencillo.

-Y ahora qué, ¿miedo al fracaso

-No porque eso forma parte de nuestro trabajo y del deporte. Hay que seguir trabajando con los pies en el suelo. El tenis es un trabajo más. Si trabajas nadie te asegura el éxito pero si lo haces tienes más opciones de triunfar.

-¿Le reconocen ahora por la calle

-No, además es algo que no me preocupa. La gente tiene que ver que somos de carne y hueso, no deja de ser un trabajo, aunque sea más reconocido. A veces el hecho de ser famoso te endiosa, pero yo soy David. Puedes tocarme, que no pasa nada. Quiero que la gente entienda que somos personas ante todo.

-Vamos, que no va a cambiar.

-No tiene por qué. Tan sólo he hecho bien mi trabajo.

-¿Cuánta parte de «culpa» tiene su entrenador, Javier Piles

-Casi toda porque llevamos siete años trabajando juntos. El vino cuando yo no era nada.