El armonicista prodigioso

Fue un concierto feliz, con el Palau de la Música casi abarrotado el jueves de gente joven con ganas de pasarlo bien

Paquito D'Rivera, en el concierto.

Paquito D'Rivera, en el concierto. / Levante-EMV

Justo Romero

Justo Romero

PALAU DE LA MÚSICA. 27 Festival de Jazz de València. Obras de Cañizares, D’Rivera, Gershwin, Piazzola, Falla y De Lucia. Orquestra de València. Director: Daniel Abad. Solista: Juan Manuel Cañizares (guitarra), Antonio Serrano (armónica), Paquito D’Rivera (clarinete y saxofones), Pepe Rivero (piano), Iván Balaguer (violonchelo), Juan Carlos Gómez y Mariko Ogura (palmeros). Lu­gar: Palau de la Música (Sala Iturbi). Entrada: Alrededor de 1.500 personas. Fecha: Jueves, 11 julio 2024.

Más que el jazz -que de ello hubo poquito en el programa-, o la presencia siempre bienvenida de un icono tan entrañable como el gran Paquito D’Rivera, o incluso las intervenciones del inmenso guitarrista Juan Manuel Cañizares, el maestro Daniel Abad en el podio o de la propia Orquestra de València, el verdadero triunfador de esta nueva cita del 27 Festival de Jazz de València ha sido el armonicista madrileño Antonio Serrano (1974), quien con su minúsculo instrumento -una armónica de apenas 14 centímetros de extensión- es capaz de hacerla sonar con la opulencia sonora y registros del más sofisticado de los instrumentos de la orquesta.

Fue un concierto feliz, con el Palau de la Música casi abarrotado el jueves de gente joven con ganas de pasarlo bien. La energía sonora y buenas vibraciones que desprendía el escenario; la personalidad cubanísima de Paquito D’Rivera (una leyenda de 76 años); el hacer de la OV y el oficio de su maestro invitado, Daniel Abad, y la cualificada calidad de los solistas invitados convirtió la noche veraniega en una de las citas más exitosas y felices de la actual edición del Festival de Jazz.

La pletórica y revisada versión para armónica y orquesta que el prodigioso Antonio Serrano tocó de la Rapsodia en blue de Gershwin, cargada de swing, colores y virtuosismo instrumental, supuso el punto culminante de un concierto ameno en el que también se escucharon páginas tan diversas como la Danza de la vida breve de Falla, el Concierto Al Andalus, para guitarra y orquesta, de Cañizares, quien lo dedicó “a la memoria” del eterno Paco de Lucía, el Revirado de Piazzola, y dos piezas tan características del lenguaje comunicativo y siempre atractivo de D’Rivera como son el onomatopéyico El elefante y el payaso y el brillante The Journey, concierto para violonchelo, clarinete, armónica y orquesta, a cuya interpretación solista se sumó el violonchelo co-solista de la Orquestra de València, Iván Balaguer, que supo estar al nivel de sus sobresalientes compañeros del cartel.

Concierto del Palau de la Música.

Concierto del Palau de la Música. / Levante-EMV

Como siempre, el comunicador nato que habita en el músico Paquito D’Rivera, soltó su verborrea amena con ese deje cubano que tantos gusta en España. Piropos a la Orquestra de València (“que suena estupendamente, pero me quedo con la comida de València”, bromeó), la historia que inspiró su divertida página orquestal El elefante y el payaso (“inspirada en el payaso-músico Fofó, cuando fue a la comisaria a denunciar que le habían robado su elefante”)…

Pero más allá de la verborrea, D’Rivera fascina por su magia musical, por su modo de hacer música y expresarla con el clarinete o los saxofones… Fue una velada de alto calibre musical, en la que también brillaron con luz propia el fuste y personalidad artística del enorme Juan Manuel Cañizares, el pianista Pepe Rivero y los palmeros Juan Carlos Gómez y Mariko Ogura. También, ¡y cómo no!, todos y cada uno de los profesores de la Orquestra de València, quienes con este concierto tan particular han coronado la mejor temporada de su larga historia. Enhorabuena y a seguir.

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