Iturbi o la dicha perdurable

Iturbi con Conchita Piquer y Luis Sandrini en Buenos Aires, 1950.

Iturbi con Conchita Piquer y Luis Sandrini en Buenos Aires, 1950.

José Doménech Part

La carrera discográfica de José Iturbi se inició poco después de su espectacular y grandioso debut en Nueva York, en diciembre de 1929. Desde aquel momento, se produjo un encantamiento o hechizo con el público norteamericano que duró más de 5 décadas y que lo convirtieron en una auténtico ídolo de masas en un pais donde ya habían escuchado a virtuosos como Paderewski, Rubistein o Rachmaninoff.

Como consecuencia, desde 1933 hasta1955, el valenciano realizó cientos de grabaciones para la discográfica RCA Víctor, tanto en solitario como con su hermana Amparo o dirigiendo importantes orquestas. Todos esos registros han sido digitalizados con la máxima tecnología actual resultando un total de de 16 cd's, todos ellos incluidos en un lujoso y documentado libro donde diferentes especialistas exponen minuciosamente las diversas etapas discográficas, estudios de grabación y épocas en lo que, sin duda, puede considerar su imperecedero legado musical. En 1984 el catálogo de RCA fue adquirido por el grupo Beertalsmann y en 2008 se convierte en parte de Sony Classical.

Es asi que gracias al empeño del productor Michael Feinstein y de la José Iturbi Foundation, de Los Ángeles, se ha llegado a precisar con detalle todas esas grabaciones que en su momento fueron publicadas en discos de 78, 45 y 33 rpm, cuya reproducción se ofrece ahora con una pulcritud nunca antes escuchada. Muchas de esas grabaciones son verdaderos "descubrimientos" y por eso la obra se titula: From Hollywood to the World-The Rediscovered Recordings by Pianist and Conductor José Iturbi. Un auténtico banquete musical para los miles de admiradores del artista valenciano.

La obra se divide en siete secciones donde se estudia la filmografía de Iturbi, las sesiones de grabación tanto en Estados Unidos como en Europa, la discografía para la RCA Victor y, como no podía faltar las grabaciones y discografía de su hermana Amparo, a quien no siempre se valoró como la gran artista y músico que fue. Todo ello precedido por un repaso biográfico por Michael Feinstein y fotografías , muchas de ellas inéditas de su primera época familiar en Valencia

Iturbi vivíó en París, Zurich, Ginebra, Nueva York y Los Ángeles. Y gustaba de pasar cortas temporadas de descanso en su finca de naranjos, La Cotorra, cerca de Burriana. En cambio, cuando venía a Valencia, fijaba su residencia en el Hotel Reina Victoria, en cuya puerta podía verse su Rolls Royce, señal de que el maestro había llegado. Como estudiante del Conservatorio, Iturbi vivió en París entre 1911 y 1914. Pero sus planes como virtuoso sufrieron un golpe inesperado por la I Guerra Mundial.

Iturbi, con sus dos nietas.

Iturbi, con sus dos nietas. / Levante-EMV

Pero Iturbi, que no daba puntada sin hilo, aprovechó para casarse con una alumna valenciana, María Giner De los Santos, y trasladarse a Suiza durante los años de la contienda. Allí conocería y colaboraría con Stravinski y sería contratado en el Conservatorio de Ginebra como profesor de virtuosismo, la misma cátedra que años antes desempeñara el gran Liszt. La siguiente etapa la desarrolla en París junto a su mujer y su hija María.

Desde allí recorrería Europa, norte de África, siempre con la mirada puesta en América, aanimado por su amigo y director Mengelberg. El suicido de su esposa marcaría un antes y después en su vida y su carrera. Ya había realizado giras por la Indias Occidentales y América del Sur, pero sabía que el futuro para su gran carrera internacional estaba en los Estados Unidos.

El momento europeo con la situación de la Alemania nazi y la palpable amenaza de una próxima guerra le decidieron a viajar a Nueva York. Curiosamente, su llegada a Manhattan coincide con la caída de Wall Street y el crack del 29. Pero nada de eso impidió que sus debuts en las más importantes ciudades de la Costa Este le confirmaran que el futuro había comenzado. Desde ese momento, fue un artista realmente mimado por las masas y sólo con anunciar cualquier de sus conciertos, el teatro tenía preparado el cartel de SOLD OUT en la taquilla.

Sus giras en Estados Unidos, Argentina y Europa retrasaron las primeras grabaciones hasta agosto de 1933. Fue en Nueva York, en el estudios de la RCA donde se "estrenó" grabando La maja y el ruiseñor, de Granados y esa misma mañana lo hizo con la Sonata en la mayor KV 331, de Mozart y Seviella, de Albéniz. Y aunque años antes habia grabado en Londres para la empresa Duo Art, los avances tecnológicos le dejarían totalmente sorprendido, Meses más tarde, antes de final de año volvería al mismo estudio para registrar dos sonatas de Scarlatti, la Toccata de Paradies, el Andante Favori de Beethoven y la Pequeña Danza Española de su autoría, pero utilizando el pseudónimo de Juan Navarro, para evitar cualquier comentario improcedente. Lo mismo hizo en algunos recitales donde tocaba dicha pieza.

Iturbi tuvo no pocas diferencias con los productores de sus discos. La razón es que no siempre algunas de aquellas grabaciones fueron publicadas. Por ejemplo, en las sesiones de diciembre de 1934, las obras de Chopin, Mendelssohn, Haydn, Ravel, Tansman y Falla jamas llegaron al público.

Con el viaje de Amparo e Estados Unidos en 1937, Iturbi empezó a grabar varias obras con su hermana: la Rhapsody in Blue, de Gerswin, las 3 Danzas andaluzas, de Manuel Infante, el concierto para dos pianos, de Mozart, etc., Aquella "novedad" de los dos hermanos tocando a duo iba a proporcionarles una popularidad absoluta lo cual también aprovechó Iturbi imponiendo a Amparo en algunas de sus películas.

En 1933 viaja a Europa junto a su manager y amiga personal, Jean Dalrymple y juntos visitan Madrid y Valencia donde le presenta a su madre, hermanos, hija y amigos. Fue su ultimo viaje debido a las II Guerra Mundial, momento que aprovechó para aparecer en varios largometrajes de la MGM. Como solía decir el maestro, la pantalla fue fundamental como herramienta de difusión en tanto en América como en Europa, Japón o Australia.

Paralelamente, sus apariciones y entrevistas en la radio darían un nuevo impulso a su carrera. La investigadora Mel Hughes ha realizado un excelente trabajo de recopilación de los diferentes programas de radio y televisión donde Iturbi participaba tanto como interprete como personaje popular despues de mas de 15 años de actividad musical en los Estados Unidos: prácticamente todos los Estados de la Unión, incluyendo Alaska y Hawaii fueron visitados por los Iturbi. Las grabaciones no fueron interrumpidas durante los años de la guerra. Desde 1940 hasta 1945, Iturbi volvió a grabar en Nueva York, Rochester y Hollywood, pero fue 1946 y1947, los años de mayor actividad ante los micrófonos de la RCA.

El suicidio de su hija María en 1946 motivó que Iturbi descansara durante varios meses planteándose que habia llegado el momento de volver a España. Los melómanos y los empresarios lo requerían en las grandes capitales o pequeñas ciudades y en consecuencia, los discos eran elementos de grandes ganancias tantos para la discográfica como para los intérpretes.

España lo recibió como un héroe y en Valencia le brindaron toda clase de facilidades para el reencuentro. Su fama y popularidad en Europa hicieron realidad en 1950, una gira de 15 dias con la bisoña Orquesta Municipal por Gran Bretaña y Francia, con él a la batuta o dirigiendo desde el piano. Era la primera vez que una orquesta española viajaba al extranjero y aquello lo convirtió en el musico español mas famoso de su tiempo junto a Pablo Casals o Andres Segovia.

Fue durante aquella gira europea cuando Iturbi grabó con la Orquesta Municipal de Valencia, en los estudios de Abbey Road, de Londres, dos Lp's con obras de Manuel Palau, Asencio, Rodrigo, Turina, López-Chavarri, además de sus propias Seguidillas, para orquesta y las Siete canciones españolas, de Falla, con la soprano madrileña Consuelo Rubio. Los dos años siguientes fueron de desencuentros constantes entre el pianista y la discográfica. Ellos no admitían que Iturbi decidiera sobre el repertorio a grabar y él casi nunca encontraba perfectas muchas de las obras. Finalmente, a pesar de los años gloriosos de relación, Iturbi decide no prorrogar su contrato con la RCA y emprender una nueva aventura discográfica en Europa de la mano de His Master's Voice en París. Con ellos graba conciertos de Mozart, Schumann, Grieg, Chaikowsky y las Noches en los jardines de España, con Amparo como solista en una versión realmente espléndida.

Pero tampoco estuvo Iturbi satisfecho con estas grabaciones, muchas de ellas no publicadas y que aún están guardadas en algun archivo francés. A mediados de los ochenta, decide producir sus propios discos y funda Turia Récords, para decidir su propio repertorio (y el de Amparo) sin la intervención de otros criterios. Instala unos modernos estudios en su propio domicilio de Beverly Hills y graba dos LP's propios y otro de Amparo, quien tenía el proyecto de unas nuevas Goyescas, de Granados (anteriormente, en 1953, las habia grabado para RCA) pero su fallecimiento en 1969, no lo hizo posible.

Las ultimas grabaciones para RCA fueron en 1956, en Hollywood con obras de Scarlatti, Soler, Schumann, Mateo Albéniz, Turina, Lecuona y Grieg pero la compañía nunca las publicó.

Siempre habrá de agradecer a los Iturbi que difundieran en sus actuaciones el repertorio español y en especial, el valenciano. De otra manera obras de de López-Chavarri, Francisco Cuesta, Manuel Palau, Vicente Asencio, Manuel Infante o José Báguena Soler nunca hubiera tenido eco en Nueva York, Buenos Aires, Melbourne, o París.

El último proyecto del maestro sería grabar para Turia Récords, la Suite Iberia, Albéniz, que presentó en el Philharmonic Hall, en el Lincolns Center, de Nueva York, en octubre de 1962, de cuyo concierto sólo existe una grabación pirata, de deficiente calidad sonora.

Sentido del humor pero estricto

Iturbi era un típico valenciano por su sentido del humor, pero en lo que se refería a su trabajo era especialmente estricto. Muchos de sus alumnos en Ginebra y los músicos de las orquestas que dirigió daban cuenta de ellos. Era sumamente puntual en los ensayos. Exigía lo maximo de sus solistas tal y como se lo exigía para él mismo. Perfecionista nato y por eso pedia a sus productores e ingenieros de sonido que estuvieran a la altura. De ahí esa fama de dificil y complicado. Pero en realidad, era sumamente respetuoso y serio cada vez que se subía al escenario fuera el que fuera.

Le encantaba reunirse con sus amigos o viejos profesores cada vez que volvía a Valencia. Fue una persona muy generosa participando en cualquier concierto benéfico que le pidieran. Lo mismo sucedía a artistas como Ataúlfo Argenta, Vicente Spiteri, Nicanor Zabaleta, Manuel Quiroga, Mario Montreal, Esteban Sánchez, Marisa Robles, Pilar Bayona, Eduardo Cifre, Joaquín Achúcarro o Consuelo Rubio fueron algunos de los afortunados a los que apoyó en muchos momentos de su vida.

Con una técnica muy particular y personal, heredada de la gran Wanda Landowska en Paris, Iturbi no creó "escuela" porque sencillamente no le gustaba la enseñañza y sólo la ejerció en Valencia o Ginebra como manera de ganarse la vida. Aquella manera de pulsar las teclas le servía a él tanto para tocar Bach o Scarlatti como Schumann o Chopin. Su sonido era cristalino y diferenciado. No habia mas que observar la posición de sus manos y la manera de articular cada dedo par compararlo con otros grandes de la época.

Si habia algun tema del que Iturbi prefería no hablar eran sus dos grandes tragedias personales y los años de Hollywood. Muy comprensible lo de las muertes de su esposa y de su hija mientras que en los años de Hollywood recibió críticas de toda clase por dejarse tentar por el glamour de Los Ángeles y los cuantiosos honorarios que pagaban las productoras.

No hay duda que Iturbi en Valencia, Leopoldo Querol en Castellón y Gonzalo Soriano en Alicante, fueron tres grandes artistas del pasado siglo. Hay muchos músicos que por alguna razón han preferido no grabar (Glenn Gould o Celibidache, por ejemplo) pero esos registros sonoros siempre son la única prueba de su recuerdo y su grandeza perdurable.

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