‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural y sus gentes

César Sebastián debuta en la novela gráfica con un cómic sobre los recuerdos de su padre

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural      y sus gentes | FOTOS DE LEVANTE-EMV

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural y sus gentes | FOTOS DE LEVANTE-EMV / eduardo bravo. València

Eduardo Bravo

«Había intentado hacer algún cómic largo, pero todos acababan en un cajón. No tanto porque hubiera un rechazo editorial sino porque ninguna idea me convencía. Como no sentía apego por ellas, llegaba un momento en que perdían el atractivo y abandonaba», recuerda el ilustrador valenciano César Sebastián que, después de varios de esos proyectos frustrados, decidió darle una oportunidad a una idea que, por ambiciosa, nunca se había atrevido a abordar. «Mi padre siempre me ha contado historias de su infancia y pensé que estaría bien hacer algo con ellas», señala.

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural      y sus gentes

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural y sus gentes / eduardo bravo. València

«El problema era que, como soy tan inseguro, no sabía si debía enfocarlo en clave de ficción, en clave biográfica y, de nuevo, lo posponía. Al final me di cuenta de que la única forma de hacerlo era tener la convicción y la urgencia de querer contarlo y me lancé», recuerda el dibujante, cuyo padre pasó su infancia en Sinarcas.

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural      y sus gentes

‘Ronson’: viñetas exquisitas sobre la memoria, la València rural y sus gentes / eduardo bravo. València

Después de dibujar unas pocas páginas para encontrar el tono y la estructura, se decidió por una narración poco convencional y fragmentada, que funcionase igual que funciona la memoria, hilando recuerdos unos con otros sin una estructura lógica. «Decidí que la historia se desarrollase de forma natural, no titubeé y mantuve las ganas durante todo el proceso, lo que, en mi caso, ya ha sido un logro en sí mismo».

Tres años después de iniciar el proyecto, César Sebastián acaba de publicar Ronson (Autsaider Cómics, 2023), un retrato de la vida en la España rural durante las décadas de 1950 y 1960, narrado con tanta emotividad como honestidad, en el que no se obvian comportamientos, tradiciones o costumbres que, en la actualidad, pueden resultar incómodas por su crudeza.

«Cuando mi padre me cuenta sus historias nunca me oculta nada, como asumiendo que la persona que hizo muchas de esas cosas ya no es él y sorprendiéndose incluso de haber hecho determinadas cosas que en ese momento parecían normales, pero ahora no lo son», indica.

Algunas de esas anécdotas como, por ejemplo, aquellas relacionadas con el maltrato a los animales o con temas de sexualidad, me generaban un sentimiento ambivalente porque me resultaban tan incómodas como reveladoras. Para superar esa situación, decidí contarlas igual a como me las contaba mi padre. Mostrar que esas vivencias forman parte de la historia del país y de muchos de sus pueblos».

A pesar de que su origen son los recuerdos de una comunidad rural en una España que ya no existe, Ronson no es un cómic nostálgico que añore una supuesta edad dorada o que justifique acciones inaceptables apelando a la tradición o las costumbres.

«Mi intención ha sido contar que antiguamente se hacían cosas muy chungas y que, aunque posiblemente las puedas seguir haciendo ahora, lo que sucede es que ya no puedes hacerlas con impunidad o sin recibir críticas por ello», explica.

Acogedor como la memoria

Además de por la cercanía y honestidad de su historia, Ronson destaca por sus elementos formales, en los que un dibujo de línea clara y academicista se ve potenciado por mínimos detalles de color, que trasladan al lector la aridez de los campos, el calor sofocante del verano y lo envuelven todo en esa acogedora atmósfera que posee la memoria.

Indica: «Cuando empecé a hacer las primeras páginas no sabía cómo enfocarlo desde el punto de vista gráfico. No conseguía encontrar el color adecuado que encajase con la historia. Pensé en recurrir al típico azul pero, además de que se ha utilizado mil veces en la novela gráfica, no funcionaba. Tenía que ser un color que resultase evocador y no desentonase con el paisaje rural donde se desarrolla la acción. Después de algunas pruebas di con un ocre».

Aunque Ronson está recién salido de imprenta, César Sebastián ya piensa en su siguiente proyecto, el cual podría estar muy relacionado con esta primera obra: «Me gustaría contar la juventud de mi padre, que ha sido muy vividor, ha tenido bares y se ha movido en ambientes muy interesantes. Sería diferente, del mismo modo que es diferente la juventud de la infancia, y se podría leer por separado. Por eso, no diría que es una segunda parte, sino un libro complementario».

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